El 28 de abril de 1965, Estados Unidos llevó a cabo una intervención militar en República Dominicana, justificando su acción con el argumento de «salvaguardar las vidas norteamericanas» en Santo Domingo. Esta intervención se intensificó el 2 de mayo de ese mismo año, cuando el país norteamericano incrementó sus tropas con el objetivo de evitar que los líderes revolucionarios locales establecieran un gobierno comunista. Este hecho marcó la primera acción directa de Estados Unidos en América Latina tras la Revolución Cubana de 1959, un periodo en el que el mundo se encontraba inmerso en la Guerra Fría, con tensiones crecientes entre Estados Unidos y la Unión Soviética que se reflejaban en la polarización política global.
En Chile, las elecciones presidenciales de septiembre de 1964 resultaron en la victoria de Eduardo Frei Montalva, representante del Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien obtuvo el 55,7% de los votos frente a Salvador Allende y Julio Durán. Durante su campaña, Frei Montalva adoptó una postura crítica hacia los planes comunistas, promoviendo una «asociación digna» con Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, a pocos meses de asumir la presidencia, se pronunció en contra de la intervención militar en República Dominicana, un acto que sorprendió a muchos, dado el contexto de apoyo estadounidense que había recibido durante su campaña.
El Dr. Hugo Harvey, experto en estudios internacionales y autor del libro «Pueden ganar una isla, pero perderán un continente», analiza la respuesta de Frei Montalva ante la intervención estadounidense. Harvey destaca que, aunque el apoyo de Estados Unidos fue significativo en su victoria electoral, no fue el único factor determinante. La política exterior de Frei Montalva se caracterizó por un distanciamiento progresivo de Washington, lo que tuvo implicaciones en su relación con Estados Unidos en los años siguientes. En su investigación, Harvey utiliza archivos desclasificados y entrevistas para reconstruir la respuesta de Chile ante la crisis dominicana, subrayando las tensiones entre pragmatismo y principios en la administración de Frei.
Una de las citas más memorables de Frei Montalva durante este periodo fue su advertencia al embajador de Estados Unidos en Chile, Ralph Dungan: «Pueden ganar una isla, pero perderán un continente». Esta frase encapsula la crítica profunda que el presidente chileno quería expresar en términos estratégicos, políticos y morales. Frei Montalva argumentaba que la contención del comunismo en América Latina no debía depender de intervenciones militares, sino que debía lograrse a través de ideales democráticos, legitimidad y cooperación.
El contexto político mundial antes de la intervención de Estados Unidos en República Dominicana era complejo. La Guerra Fría representaba una lucha de poder entre dos visiones opuestas, y las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética habían comenzado a intensificarse desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque América Latina había permanecido en un segundo plano durante los esfuerzos de reconstrucción de Europa, la Revolución Cubana de 1959 cambió radicalmente el escenario hemisférico. La CIA y el Departamento de Estado comenzaron a analizar los impactos de la revolución, concluyendo que el comunismo podría surgir del descontento social en la región.
La intervención en República Dominicana fue vista como un intento de Estados Unidos de contener el avance del comunismo en América Latina. Sin embargo, la respuesta de Frei Montalva fue clara: Chile no apoyaría la intervención militar. Este acto de independencia política fue significativo, ya que el gobierno de Frei Montalva se negó a alinearse con los intereses estadounidenses, lo que generó tensiones en la relación bilateral. A pesar de las presiones diplomáticas, el presidente chileno mantuvo su postura, lo que llevó a un progresivo distanciamiento de Washington.
La política exterior de Frei Montalva se caracterizó por un enfoque independiente, que se evidenció en su decisión de restablecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y otros países del bloque socialista. Esta autonomía se tradujo en una condena explícita a la intervención militar en República Dominicana, lo que marcó un cambio en la dinámica de la política exterior chilena. A pesar de las presiones que enfrentó, el gobierno de Frei Montalva se mantuvo firme en su postura, lo que tuvo repercusiones en la asistencia económica y militar de Estados Unidos hacia Chile en los años siguientes.
El análisis de la asistencia estadounidense a Chile entre 1962 y 1968 revela cambios significativos en la ayuda económica y militar tras la condena de la intervención en República Dominicana. Aunque no se puede establecer una relación de causalidad directa, las cifras indican que Estados Unidos esperaba una actitud diferente de Chile en el contexto de la crisis dominicana. La falta de respaldo chileno a la intervención generó malestar en Washington, lo que llevó a un obstáculo en los planes de ayuda hacia Chile.
En resumen, la respuesta de Frei Montalva a la intervención de Estados Unidos en República Dominicana en 1965 fue un acto de afirmación de la soberanía chilena en un contexto de tensiones internacionales. Su postura crítica hacia la intervención militar y su búsqueda de una política exterior independiente marcaron un hito en la historia de las relaciones entre Chile y Estados Unidos, y sentaron las bases para un distanciamiento que tendría repercusiones en los años posteriores.