La política exterior de Chile ha sido históricamente un reflejo de su compromiso con el respeto a los derechos humanos y el derecho internacional. En el contexto actual, la relación de Chile con Israel se ha vuelto un tema candente, especialmente tras las recientes decisiones del gobierno chileno respecto a la situación en Gaza. Ignacio Walker, exministro de Relaciones Exteriores, ha expresado su opinión sobre la necesidad de mantener un equilibrio en esta relación, subrayando la importancia de no romper lazos diplomáticos con Israel.
### La Decisión de Retirar Agregados Militares
Recientemente, el gobierno chileno tomó la decisión de retirar a sus agregados militares en Israel, una medida que Walker considera «acotada» y necesaria en el contexto de la crisis humanitaria en Gaza. Según él, Chile no puede permanecer indiferente ante la masacre que enfrenta la población civil en esa región. Sin embargo, Walker advierte que romper relaciones diplomáticas con Israel sería un «grave error» que podría dañar el consenso básico de la política exterior chilena, que ha estado vigente durante más de 70 años.
Walker argumenta que la política exterior de Chile debe ser coherente y respetar los derechos de ambos pueblos, judíos y palestinos. La decisión de retirar a los agregados militares, aunque justificada, no debe llevar a una ruptura total de las relaciones con Israel, que es considerado por muchos como la única democracia en el Medio Oriente. Esta postura refleja una tensión interna en el gobierno chileno, donde algunos sectores abogan por una respuesta más radical al conflicto, mientras que otros prefieren mantener la tradición diplomática del país.
### La Tensión en La Moneda
El excanciller también ha señalado que el actual canciller, Alberto van Klaveren, enfrenta un momento complicado dentro del gobierno. La incomodidad que siente podría estar relacionada con las presiones de ciertos sectores que buscan adoptar una postura más agresiva en relación con Israel. Walker sugiere que esta tensión podría afectar la capacidad del canciller para manejar la política exterior de manera efectiva.
La historia de la diplomacia chilena ha sido marcada por la necesidad de equilibrar relaciones con diferentes países, y la situación actual no es la excepción. Walker menciona que, a lo largo de los años, otros países han tomado acciones contra Chile, pero ahora es el momento de que Chile actúe en el escenario internacional. La decisión de retirar a los agregados militares es un paso, pero no debe ser visto como un acto de hostilidad hacia Israel, sino como una respuesta a la crisis humanitaria en Gaza.
Walker también critica la decisión del presidente Gabriel Boric de no recibir las cartas credenciales del embajador israelí, considerándolo un acto imprudente que va en contra de la tradición diplomática chilena. Esta acción, según él, podría interpretarse como una animadversión hacia Israel, lo que complicaría aún más las relaciones bilaterales.
### La Coherencia en la Política Exterior
A pesar de las críticas, Walker reconoce que el presidente Boric ha mantenido una postura coherente en su crítica a regímenes autoritarios en la región, como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Esta coherencia podría darle una voz más legítima para abordar la situación en Israel y Palestina. Sin embargo, la clave está en cómo se maneja esta crítica sin perjudicar las relaciones diplomáticas con Israel.
La política exterior chilena ha abogado históricamente por la existencia de dos estados que coexistan pacíficamente, y Walker enfatiza que esta doctrina debe ser mantenida. La solución pacífica de las controversias y el respeto por el derecho internacional son fundamentales para la política exterior chilena. En este sentido, el papel de la comunidad internacional es crucial, y Chile debe alinearse con las normas y principios que rigen las relaciones internacionales.
La situación actual presenta un desafío significativo para la diplomacia chilena. La presión interna y externa puede llevar a decisiones que no reflejan el compromiso de Chile con la paz y la justicia. Walker concluye que es esencial que Chile fortalezca sus relaciones tanto con Israel como con el Estado palestino, buscando siempre un equilibrio que respete los derechos de ambos pueblos y promueva la paz en la región.
