La cuenta regresiva para la primera vuelta presidencial del 16 de noviembre ha comenzado, y los candidatos están intensificando sus esfuerzos para captar el apoyo de los electores. Un aspecto crucial en esta contienda es el llamado «voto esquivo«, que se refiere a aquellos grupos de votantes que han mostrado resistencia a las candidaturas de ciertos candidatos. Este fenómeno es especialmente relevante para los candidatos que buscan consolidar su base de apoyo en sectores donde históricamente han tenido dificultades.
**Identificación de Grupos de Voto Esquivo**
Uno de los casos más destacados es el de Jeannette Jara, quien ha identificado que su principal desafío proviene de hombres adultos de entre 40 y 50 años. Según estudios internos, el voto esquivo comienza a manifestarse desde los 35 años, lo que indica que Jara no ha logrado conectar con ciertos sectores del norte del país, donde la derecha ha tenido un respaldo significativo en elecciones anteriores. Este voto esquivo es transversal, afectando incluso a hombres adultos con inclinaciones hacia la centroizquierda.
El equipo de Jara ha reconocido que sus sectores de mayor aprobación son los jóvenes y las mujeres, aunque son conscientes de que deben enfocarse en los grupos D y E, que representan a los votantes de menores recursos. Estos sectores, que se espera que acudan a votar motivados por la obligatoriedad del sufragio, no han sido capitalizados por ninguna candidatura presidencial hasta el momento. A pesar de que las mediciones internas sugieren que Jara podría ser mejor recibida en estos grupos, otros estudios indican que José Antonio Kast ha logrado captar su apoyo.
Por su parte, Kast ha centrado su estrategia en conquistar a los sectores más vulnerables, lanzando propuestas que buscan aliviar la carga económica de estos votantes, como el ingreso vital de $750,000 y la reducción del 20% en las cuentas de electricidad. Sin embargo, su campaña también enfrenta desafíos, especialmente en la Región Metropolitana y Valparaíso, donde su apoyo ha sido más débil en comparación con otras regiones del país. En estas áreas, la competencia con Chile Vamos ha dispersado el voto, lo que ha dificultado su consolidación.
**Estrategias de los Candidatos en la Recta Final**
A medida que se acerca la fecha de la elección, cada candidato está ajustando su estrategia para atraer a los votantes indecisos. Evelyn Matthei, quien se encuentra en una posición complicada en las encuestas, está tratando de capitalizar lo que su equipo denomina el «voto silencioso». Este grupo incluye a votantes que anteriormente apoyaron a la Concertación y que ahora se sienten desilusionados tras la victoria de Jara sobre Carolina Tohá. Para conectar con este electorado, Matthei está reforzando su mensaje y buscando atraer a sectores moderados que añoran la derecha tradicional.
Sin embargo, su campaña enfrenta flancos difíciles, especialmente en lo que respecta al voto joven y al voto popular, donde Jara y Kast han logrado posicionarse con fuerza. En su entorno, reconocen que es crucial ampliar su base de apoyo más allá de los votantes urbanos y de clase media alta que ya la respaldan. Por lo tanto, su estrategia se centrará en mantener su identidad liberal mientras intenta captar a los desencantados del centro y sumar el apoyo de sectores socioeconómicos D y E.
Por otro lado, Johannes Kaiser, el candidato libertario, también enfrenta desafíos significativos. Su principal debilidad radica en el rechazo del electorado femenino, donde las proyecciones indican una diferencia de hasta 10 puntos con respecto a los votantes masculinos. Este fenómeno se debe en parte a sus declaraciones pasadas y a la moderación de Kast, quien ha dejado de lado ciertos aspectos valóricos en su campaña. Para abordar esta situación, Kaiser ha comenzado a enfatizar su compromiso con las mujeres, prometiendo que su gobierno convertirá a Chile en un lugar ideal para ser madre.
En cuanto a los candidatos menos conocidos, como Franco Parisi, Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés, su apoyo en las encuestas oscila entre el 1% y el 10%. A pesar de esto, todos ellos tienen la oportunidad de crecer en el electorado, especialmente Parisi, quien ha demostrado fortaleza en el norte del país y entre votantes masculinos menos politizados. Mayne-Nicholls, por su parte, ha señalado que su apoyo es transversal, aunque no puede identificar un grupo demográfico específico que lo respalde.
La competencia se intensifica a medida que se acerca la fecha de la elección, y cada candidato está ajustando sus estrategias para captar el apoyo de los votantes indecisos. La dinámica del voto esquivo y la capacidad de cada candidato para conectar con diferentes segmentos de la población serán factores determinantes en el resultado de la primera vuelta presidencial.
