El complejo turístico Wonsan Kalma, ubicado en la costa este de Corea del Norte, ha sido inaugurado recientemente por el líder Kim Jong-un. Este megaresort, que se presenta como un símbolo del progreso y modernidad del país, ha sido diseñado para atraer a turistas extranjeros, aunque, curiosamente, los únicos visitantes permitidos son rusos. Este movimiento forma parte de los esfuerzos de Kim Jong-un por revitalizar el turismo en medio de las severas sanciones económicas que enfrenta el régimen norcoreano.
La inauguración del complejo tuvo lugar el 24 de junio de 2025, en una ceremonia que destacó la importancia del lugar como un «destino turístico y cultural de clase mundial». Kim Jong-un estuvo acompañado por su esposa, Ri Sol-ju, y su hija, Kim Ju-ae, quien se perfila como la posible sucesora del régimen. La presencia del embajador ruso, Aleksandr Matsegora, subraya la relación cercana entre Corea del Norte y Rusia, especialmente en el contexto de la actual situación geopolítica.
### Un Resort de Lujo en un Contexto Controversial
Wonsan Kalma se extiende a lo largo de una playa de cuatro kilómetros y cuenta con una variedad de instalaciones, incluyendo hoteles, restaurantes, centros comerciales y un parque acuático. A pesar de su capacidad para albergar a 20,000 visitantes, informes indican que gran parte del complejo aún está en construcción. La experiencia de los primeros turistas rusos ha sido variada; algunos han descrito la playa como desierta, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad del resort como un destino turístico atractivo.
El costo de una semana en el resort asciende a aproximadamente 2,000 dólares, lo que incluye alojamiento y comidas, aunque las opciones de bebida son limitadas a agua, té o cerveza. Además, el acceso a internet es restringido y costoso, lo que contrasta con las expectativas de un resort moderno. La experiencia de los turistas ha sido descrita como surrealista, con un ambiente que se siente más como un espectáculo controlado que como un destino turístico genuino.
Sin embargo, la construcción del complejo ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos. Se ha denunciado que el resort fue edificado utilizando trabajo forzado, con trabajadores sometidos a condiciones extremas y largas jornadas laborales. La ONU ha señalado que el régimen norcoreano emplea un sistema de «brigadas de choque», donde los trabajadores son forzados a cumplir con plazos estrictos, a menudo a expensas de su bienestar.
### El Turismo en Corea del Norte: Un Futuro Incierto
Antes de la pandemia de COVID-19, Corea del Norte recibía cientos de miles de turistas, principalmente de China. Sin embargo, las fronteras se cerraron drásticamente en enero de 2020, y el país solo reabrió al turismo en febrero de 2024, permitiendo la entrada exclusivamente a viajeros rusos. Este cambio ha llevado a una disminución significativa en el número de turistas, con solo 1,500 visitantes rusos reportados el año pasado.
El primer grupo de turistas rusos que visitó Wonsan Kalma se encontró con un resort casi vacío, lo que generó una sensación de exclusividad, pero también de inquietud. A pesar de las limitaciones, algunos turistas han expresado que se sintieron bien tratados y que la infraestructura del resort es de alta calidad. Sin embargo, la falta de diversidad en la oferta turística y la exclusión de otros nacionalidades limitan el potencial del complejo para convertirse en un destino internacional atractivo.
La relación entre Corea del Norte y Rusia se ha fortalecido en los últimos años, especialmente tras la invasión de Ucrania por parte del Kremlin. Esto ha llevado a un aumento en el intercambio económico y cultural entre ambos países, lo que podría influir en el futuro del turismo en Corea del Norte. A medida que las relaciones se estrechan, algunos observadores creen que el país podría convertirse en un destino más accesible para los turistas rusos, aunque las restricciones para otros nacionalidades siguen vigentes.
A pesar de las críticas y los desafíos, hay quienes ven en Wonsan Kalma una oportunidad para experimentar un destino turístico único, donde la cultura y la política de Corea del Norte se entrelazan de manera inusual. Las agencias de viajes que organizan tours a Corea del Norte están comenzando a captar el interés de aquellos que buscan experiencias fuera de lo común, aunque el atractivo del resort para turistas occidentales sigue siendo cuestionable.
En resumen, Wonsan Kalma representa un intento audaz de Corea del Norte por atraer turismo en un momento de aislamiento internacional. Sin embargo, la realidad del complejo y las condiciones en las que fue construido plantean serias dudas sobre su futuro como un destino turístico viable y ético.