El 4 de julio de 2025, una tragedia sin precedentes golpeó el Camp Mystic, un campamento cristiano de verano en Texas, donde al menos 27 niñas perdieron la vida debido a una inundación repentina. Este campamento, que ha sido un refugio para jóvenes desde 1926, se encontraba a orillas del río Guadalupe y albergaba a aproximadamente 750 menores durante el fin de semana festivo del Día de la Independencia de Estados Unidos. La inundación fue provocada por una intensa tormenta que elevó el nivel del agua más de ocho metros en menos de una hora, arrasando con varias instalaciones del campamento y dejando a muchas familias devastadas.
La madrugada del desastre, alrededor de la 1:30 a.m., Elinor Lester, una de las sobrevivientes de 13 años, despertó por el estruendo de los truenos y el impacto del agua contra las ventanas de su cabaña. «El campamento quedó completamente destruido», relató Lester, quien fue trasladada a un campamento de emergencia. A pesar de estar en una zona elevada conocida como Senior Hill, el agua alcanzó niveles peligrosos, obligando a las niñas a nadar para escapar de la inundación. «Tuvimos que atravesar el agua. Estaba oscuro y había escombros flotando», añadió.
La situación fue igualmente aterradora para Stella Thompson, otra sobreviviente de 13 años, quien recordó cómo ella y sus compañeras comenzaron a rezar al darse cuenta de que la parte baja del campamento estaba inundada. «Estábamos muy, muy aterrorizadas, pero no por nosotras, sino por quienes estaban al otro lado», comentó. La valentía de un consejero que rompió una ventana para ayudar a las niñas a escapar también fue destacada por el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, quien describió cómo las niñas nadaron en la oscuridad, enfrentándose a aguas turbulentas y escombros flotantes.
Las autoridades han confirmado que más de 80 personas han fallecido en toda la región central de Texas debido a las inundaciones. La búsqueda de los desaparecidos continúa, con equipos de rescate trabajando incansablemente en condiciones extremas y bajo la amenaza de nuevas lluvias. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha asegurado que los operativos de búsqueda se mantendrán hasta que se encuentren a todos los desaparecidos, a pesar de las adversidades climáticas que complican los esfuerzos.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que la tormenta del 4 de julio dejó cerca de 30 centímetros de lluvia en pocas horas, lo que elevó el caudal del río Guadalupe a 9,9 metros, el segundo nivel más alto registrado. Esta situación ha llevado a las autoridades a advertir sobre la posibilidad de nuevas precipitaciones que podrían dificultar aún más los trabajos de rescate y recuperación.
La comunidad del Camp Mystic ha expresado su profundo dolor por la pérdida de las 27 campistas y consejeros. En un comunicado, el campamento declaró estar «destrozado junto con nuestras familias que sufren esta tragedia inimaginable» y agradeció el apoyo de las autoridades y los equipos de rescate que continúan trabajando en la zona. La tragedia ha dejado una huella imborrable en la comunidad, y muchos se han unido para ofrecer apoyo a las familias afectadas.
La inundación en Texas no solo ha sido un evento devastador para el Camp Mystic, sino que también ha puesto de relieve la vulnerabilidad de las comunidades ante fenómenos climáticos extremos. A medida que el cambio climático continúa afectando los patrones meteorológicos, es crucial que se tomen medidas para mejorar la preparación y respuesta ante desastres naturales. La tragedia del Camp Mystic es un recordatorio doloroso de la importancia de la seguridad en los campamentos y la necesidad de protocolos de emergencia efectivos para proteger a los jóvenes en situaciones de riesgo.
La comunidad y las autoridades están trabajando juntas para honrar la memoria de las víctimas y asegurar que se implementen medidas para prevenir futuros desastres. La tragedia en Texas es un llamado a la acción para todos, recordándonos que la seguridad y el bienestar de nuestros jóvenes deben ser siempre una prioridad.