A medida que se acerca la fecha de la primaria oficialista, la tensión entre los candidatos de la alianza de gobierno del Presidente Gabriel Boric se intensifica. La incomodidad es palpable, y las diferencias entre los postulantes han salido a la luz, generando disputas que han captado la atención del público y de los medios. La controversia más reciente se desató por la franja electoral del candidato Gonzalo Winter, del Frente Amplio, que incluyó imágenes de Patricio Tombolini, quien fue absuelto de cargos relacionados con el caso Coimas en 2007. Esta acción provocó la ira de Tombolini, quien anunció su intención de presentar una querella por difamación.
La situación escaló rápidamente, llevando a otros candidatos a pronunciarse sobre el tema. Carolina Tohá, representante del Socialismo Democrático, expresó su descontento, señalando que algunos grupos parecen estar atrapados en caricaturas del pasado que deberían haber superado. Tohá subrayó la importancia de la responsabilidad en la comunicación política, afirmando que los candidatos deben hacerse cargo de lo que se presenta en sus campañas, incluso si no están directamente involucrados en la creación de los contenidos.
Winter, por su parte, no se quedó callado. En respuesta a Tohá, argumentó que su campaña ha sido objeto de ataques y descalificaciones por parte de asesores de la candidata y de un senador, quienes lo han calificado de violento y de querer llevar a Chile a un caos. Winter defendió su postura, afirmando que su candidatura tiene el potencial de unir al progresismo, a pesar de las críticas que ha recibido.
La controversia no se limita a la franja electoral de Winter. En un debate reciente, la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, se encontró en el centro de la atención cuando expresó su deseo de discutir temas como Cuba y Venezuela, pero se le asignó un tema diferente. Esta situación provocó risas entre los asistentes, pero también reveló las tensiones subyacentes en la carrera presidencial. Jara ha sido considerada la favorita en las encuestas, lo que ha generado reacciones tanto de apoyo como de oposición entre sus competidores.
Vlado Mirosevic, vocero de Tohá, también hizo comentarios que no fueron bien recibidos en el comando de Jara. Mirosevic sugirió que la candidatura de Jara es una “candidatura de trinchera” y que, en última instancia, la responsabilidad pesará en la decisión de los votantes. Esta afirmación provocó la indignación de los seguidores de Jara, quienes consideran que subestimar la capacidad de la candidata es un error político.
El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien es uno de los voceros de Jara, respondió a Mirosevic defendiendo la posición de su candidata. Jadue argumentó que la responsabilidad no puede ser utilizada como un argumento para deslegitimar a Jara, y que sus declaraciones son una muestra de la falta de respeto hacia la ciudadanía chilena. Jara, por su parte, reafirmó su identidad política como mujer de izquierda, desestimando las críticas que la catalogan como extremista o de trinchera.
La dinámica entre los candidatos refleja no solo las diferencias ideológicas, sino también la lucha por el liderazgo dentro de la coalición oficialista. A medida que se acercan las primarias, es probable que estas tensiones se intensifiquen aún más, ya que cada candidato busca consolidar su base de apoyo y atraer a los votantes indecisos. La forma en que cada uno maneje estas controversias podría tener un impacto significativo en sus posibilidades de éxito en la contienda electoral.
La situación actual plantea interrogantes sobre la cohesión de la alianza de gobierno y su capacidad para presentar una imagen unida ante el electorado. Con las primarias a la vuelta de la esquina, los candidatos deberán encontrar un equilibrio entre expresar sus diferencias y mantener la unidad necesaria para competir eficazmente en las elecciones. La forma en que se desarrollen estos conflictos internos podría ser un factor determinante en el futuro político de la coalición y en la dirección que tomará el país en los próximos años.