Desde abril de este año, los rumores sobre la posible venta de Telefónica en Chile han tomado fuerza, impulsados por la decisión de la matriz española de concentrar sus esfuerzos en el mercado europeo. Esta estrategia ha llevado a la compañía a deshacerse de varias de sus filiales en América Latina, lo que ha generado especulaciones sobre su salida del país sudamericano. A principios de octubre, Telefónica se vio en la necesidad de confirmar lo que muchos ya consideraban un hecho: la empresa está en proceso de venta de sus operaciones en Chile.
La situación se intensificó cuando Entel y América Móvil, la controladora de ClaroVTR en Chile, anunciaron una alianza para adquirir los activos de Movistar. Esta noticia llevó a Telefónica a dirigirse a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) para informar que había recibido diversas manifestaciones de interés no vinculantes y que se estaba llevando a cabo un proceso de due diligence con varios potenciales compradores. Según fuentes cercanas, se han realizado más de tres reuniones en las instalaciones de Telefónica en Baquedano, que también están en venta.
Originalmente, la compañía tenía previsto recibir ofertas vinculantes a mediados de octubre, pero el calendario establecido por Citi, la entidad mandatada para llevar a cabo el proceso, ha sufrido modificaciones. Ahora, se espera que las ofertas vinculantes sean recibidas hacia finales de noviembre, un mes más tarde de lo inicialmente planeado. Aunque este retraso no es habitual, es común en negociaciones de esta magnitud, donde se requiere tiempo para evaluar los detalles de los activos, los contratos con proveedores y las implicaciones para la libre competencia de una posible adquisición.
Hasta la fecha, Telefónica ha recibido ofertas no vinculantes de Wom, que recientemente salió del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos, y de la alianza entre Entel y América Móvil. Además, se han presentado otros interesados en el proceso. Sin embargo, si la empresa opta por una oferta de un operador nacional, el proceso podría extenderse debido a la necesidad de una investigación exhaustiva por parte de la Fiscalía Nacional Económica.
En términos financieros, Telefónica ha enfrentado desafíos significativos. Al cierre de junio de 2025, la empresa reportó pérdidas de $75.364 millones (aproximadamente US$80,7 millones), lo que representa un aumento del 29,2% en comparación con el saldo negativo de $58.342 millones del mismo periodo en 2024. Los ingresos consolidados alcanzaron los $777.867 millones, un 3,3% menos que en el periodo anterior. El EBITDA (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) fue de $119.885 millones, un 5,3% inferior a los $126.547 millones acumulados al 30 de junio de 2024, con un margen de EBITDA del 15,4% en 2025 frente al 15,7% en 2024.
Con estas cifras, se estima que la operación en Chile podría valorizarse en aproximadamente US$1.300 millones. Sin embargo, el monto que se pagaría por los activos sería considerablemente menor, ya que se tendrían que descontar pasivos que rondan los US$1.000 millones. Este contexto financiero complica aún más el proceso de venta, ya que los potenciales compradores deben considerar no solo el valor de los activos, sino también las deudas y obligaciones que asumirían.
El proceso de venta de Telefónica en Chile es un reflejo de las dinámicas cambiantes en el sector de las telecomunicaciones en América Latina. La creciente competencia y la necesidad de adaptarse a un entorno en constante evolución han llevado a la empresa a tomar decisiones difíciles. La incertidumbre sobre el futuro de la compañía en el país se mantiene, y los próximos meses serán cruciales para determinar su rumbo.
La situación de Telefónica en Chile también pone de manifiesto la importancia de la regulación en el sector de las telecomunicaciones. La intervención de la Fiscalía Nacional Económica en caso de una adquisición por parte de un operador nacional subraya la necesidad de garantizar la libre competencia y proteger los intereses de los consumidores. A medida que se avanza en el proceso de venta, será fundamental observar cómo se desarrollan las negociaciones y qué impacto tendrán en el mercado local.
En resumen, el futuro de Telefónica en Chile está en un punto crítico. Con un proceso de venta en marcha y un entorno financiero desafiante, la compañía se enfrenta a decisiones que podrían redefinir su presencia en el país. Las próximas semanas serán decisivas para determinar quién se quedará con los activos de la empresa y cómo esto afectará a la competencia en el sector de telecomunicaciones en Chile.
