La preservación de las lenguas indígenas es un tema de creciente relevancia en el contexto actual, donde la diversidad cultural se enfrenta a desafíos significativos. En este sentido, el programa «Nidos Lingüísticos» se presenta como una iniciativa innovadora que busca enseñar lenguas originarias a niños y niñas de diversas comunas de Chile. Este esfuerzo, impulsado por la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y la Academia de la Lengua y Cultura Mapuche en Contexto Urbano (ALMaCU), tiene como objetivo fortalecer la identidad cultural y lingüística desde la primera infancia.
**Un Enfoque Integral para la Educación Lingüística**
El programa «Nidos Lingüísticos» se implementa en jardines infantiles de once comunas, incluyendo San Bernardo, La Pintana, Lo Prado, y Puente Alto, entre otras. La iniciativa se centra en la enseñanza del mapudungun y el quechua a través de métodos lúdicos que fomentan el aprendizaje activo. Este enfoque no solo busca enseñar un idioma, sino también integrar saberes ancestrales en los espacios educativos, creando un entorno donde los niños puedan experimentar y vivenciar las lenguas originarias.
El director nacional de CONADI, Álvaro Morales, ha subrayado la importancia de esta iniciativa, afirmando que «cuando se pierde una lengua, se pierde una cosmovisión». Este programa se enmarca dentro de los compromisos internacionales asumidos por Chile, como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022–2032) proclamado por Naciones Unidas. Morales ha destacado que el modelo de «Nidos Lingüísticos» se inspira en experiencias exitosas de otros países, como Nueva Zelanda, donde se han implementado programas similares para revitalizar la lengua maorí.
La primera etapa del programa incluyó una inducción para las Educadoras de la Lengua y Cultura Indígena (ELCIs), quienes son responsables de guiar los procesos de enseñanza en los jardines infantiles. Estas educadoras trabajan en colaboración con asociaciones indígenas que apadrinan los jardines, creando un entorno de aprendizaje donde el mapudungun y el quechua se enseñan a través de juegos, cantos y relatos. Este enfoque colaborativo es fundamental para asegurar que el conocimiento ancestral se transmita de manera efectiva a las nuevas generaciones.
**El Papel de las Familias y la Comunidad**
Un aspecto clave del programa es la participación activa de las familias y de las comunidades indígenas. María Hueichaqueo, coordinadora de ALMaCU, ha enfatizado la importancia de las mujeres hablantes de lenguas indígenas en la transmisión de conocimientos ancestrales. «Queremos contribuir a que las lenguas indígenas no se pierdan en nuestro país», ha declarado, destacando que se están incorporando a hermanas mayores que son hablantes fluidas de mapudungun para enriquecer el proceso educativo.
Las educadoras que participan en el programa provienen de diversas comunas y están comprometidas con la revitalización de las lenguas originarias. Por ejemplo, Erna Millao Cheuquecoy, quien trabaja en el jardín Semillas de la Tierra en La Cisterna, y Jose Paillan Hueche en El Tranque, El Bosque, son solo algunas de las educadoras que están llevando adelante esta importante labor. Cada una de ellas aporta su experiencia y conocimiento para crear un ambiente de aprendizaje inclusivo y enriquecedor.
Además, el programa no se limita a la Región Metropolitana. Durante un reciente encuentro en el Palacio Pereira, representantes de diversas comunidades e instituciones compartieron sus experiencias y planes para expandir la iniciativa. Rubén Reyes Aymani, presidente del Consejo Lingüístico Ckunsa Lickanantay, anunció que se están trabajando en la creación de un Nido Lingüístico en la región de Atacama, con planes para establecer dos centros en localidades como Toconao y San Pedro de Atacama. Esta expansión es un testimonio del interés y la necesidad de revitalizar las lenguas indígenas en todo el país.
El programa «Nidos Lingüísticos» representa un paso significativo hacia la preservación de las lenguas originarias en Chile. Al integrar la educación lingüística con la cultura y la identidad, se está creando un modelo que no solo beneficia a los niños y niñas que participan, sino que también fortalece el tejido social de las comunidades indígenas. La colaboración entre instituciones, educadores y familias es fundamental para asegurar que estas lenguas no solo sobrevivan, sino que florezcan en las nuevas generaciones, contribuyendo así a la diversidad cultural y al enriquecimiento de la sociedad chilena en su conjunto.
