Una reciente auditoría realizada por la Contraloría General de la República ha puesto de manifiesto serias falencias en el Programa de Útiles Escolares de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb). Este informe revela que, hasta el 6 de septiembre de 2024, solo se había entregado un 34% de los kits escolares previstos, lo que equivale a 740.883 kits, dejando un alarmante 66% sin distribuir, es decir, 1.425.852 kits que no llegaron a los estudiantes que los necesitaban. Este retraso de cinco meses ha suscitado una serie de críticas y ha llevado a la Contraloría a iniciar un sumario para determinar las responsabilidades administrativas de esta situación.
La auditoría señala que, a pesar de que el año escolar comienza en marzo, la entrega de útiles escolares no se inició hasta el 26 de julio de 2024. Este retraso es inaceptable, especialmente considerando que el programa está diseñado para beneficiar a más de 2.6 millones de estudiantes matriculados en establecimientos públicos, así como a un 40% de estudiantes en instituciones particulares subvencionadas que están adscritas a la gratuidad.
### Problemas en la Planificación y Ejecución
Uno de los principales problemas identificados por la Contraloría es la falta de planificación adecuada por parte de Junaeb. La auditoría revela que la demora en la entrega de útiles se debió a la ejecución de dos licitaciones para la adquisición de los kits. La primera licitación fue declarada desierta porque el único oferente que cumplía con los requisitos presentó lápices de colores con forma rectangular, en lugar de la forma hexagonal que Junaeb había estipulado como requisito excluyente. Esta exigencia, según la Contraloría, no fue sustentada técnicamente, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de Junaeb para gestionar adecuadamente el programa.
En cuanto a la segunda licitación, la Contraloría indicó que Junaeb modificó los requisitos, permitiendo ambas formas de lápices, lo que sugiere una falta de consistencia en los criterios de selección. Esta situación ha generado un descontento generalizado, ya que los estudiantes y sus familias dependen de estos útiles para iniciar el año escolar de manera efectiva.
Además, la auditoría reveló que la empresa contratada para la distribución de los útiles no contaba con una flota de vehículos propia ni con el giro comercial necesario para llevar a cabo esta actividad. Esto evidencia una falta de preparación y planificación por parte de Junaeb, lo que ha contribuido a la crisis actual en la entrega de útiles escolares.
### Impacto en los Estudiantes y Familias
El impacto de estos retrasos es significativo, ya que los útiles escolares son esenciales para el desarrollo académico de los estudiantes. La falta de materiales adecuados puede afectar no solo el rendimiento escolar, sino también la motivación de los estudiantes para asistir a clases. La Contraloría ha señalado que la cantidad de materiales entregados no fue suficiente en relación con las asignaturas del currículum de educación general, lo que agrava aún más la situación.
La situación es especialmente crítica para los estudiantes de familias de bajos recursos, quienes dependen en gran medida de estos kits para poder asistir a la escuela. La falta de útiles puede llevar a una mayor desigualdad en el acceso a la educación, lo que es contrario a los principios de equidad y justicia social que deberían regir en el sistema educativo.
La Contraloría ha hecho un llamado a Junaeb para que tome medidas inmediatas y efectivas para corregir estas falencias y garantizar que todos los estudiantes reciban los útiles escolares que necesitan para su educación. La situación actual no solo es un reflejo de problemas administrativos, sino que también pone de manifiesto la necesidad de una revisión más profunda de los procesos y procedimientos de Junaeb para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
La comunidad educativa, incluidos padres, estudiantes y docentes, espera que se tomen acciones concretas para resolver esta crisis y asegurar que todos los estudiantes tengan acceso a los recursos necesarios para su educación. La transparencia en la gestión de estos programas es fundamental para recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de velar por el bienestar educativo de los jóvenes del país.