En el contexto de la cooperación energética entre Argentina y Chile, el yacimiento de Vaca Muerta se presenta como un punto clave para el futuro de las relaciones comerciales en el sector de hidrocarburos. Desde el cese de exportaciones de gas y petróleo hacia Chile en 2007, la confianza entre ambos países se ha visto afectada. Sin embargo, los recientes esfuerzos por revitalizar esta relación han comenzado a dar frutos, especialmente con el regreso de Argentina a las exportaciones de petróleo a través del Oleoducto Trasandino.
La historia de la relación energética entre Argentina y Chile ha estado marcada por altibajos. En 2005, Argentina dejó de exportar petróleo a su vecino, lo que generó un impacto significativo en la seguridad energética de Chile. Sin embargo, en 2023, se reanudaron las exportaciones de crudo argentino, lo que abre un nuevo capítulo en esta relación. El Oleoducto Trasandino, que conecta ambos países, ha sido fundamental para este proceso, permitiendo que el petróleo extraído de Vaca Muerta llegue a las instalaciones de la petrolera estatal chilena en Biobío.
### Vaca Muerta: Un Yacimiento Estratégico
Vaca Muerta, ubicado principalmente en la provincia de Neuquén, es uno de los yacimientos de hidrocarburos no convencionales más grandes del mundo. Con una superficie de 30,000 kilómetros cuadrados, este reservorio tiene el potencial de cambiar el panorama energético de Argentina y, por ende, de Chile. La técnica de fracking, utilizada para extraer petróleo y gas de este yacimiento, ha permitido liberar recursos que antes eran inaccesibles. Desde su inicio en 2014, solo se ha desarrollado el 8% de los recursos, lo que sugiere que Vaca Muerta tiene una vida útil de más de 50 años.
Las proyecciones son optimistas: en 2024, la producción alcanzó 877,000 barriles por día, representando el 53% de la producción total de Argentina. Para 2031, se espera que la producción se eleve a 2.8 millones de barriles, lo que posicionaría a Argentina como uno de los principales productores de petróleo en la región, compitiendo directamente con Brasil. Este aumento en la producción no solo beneficiará a Argentina, sino que también podría tener un impacto significativo en la economía chilena, especialmente si se considera la posibilidad de reexportar crudo a través de puertos chilenos.
### Oportunidades de Exportación y Cooperación
El CEO de YPF, Horacio Marín, ha expresado su interés en integrar a Chile en el negocio del petróleo y gas. La idea es que Chile no solo sea un comprador, sino que también participe en el proceso de refinación y exportación. La Refinería Biobío de Enap ha recibido asistencia técnica de YPF para optimizar la refinación del petróleo de Vaca Muerta, lo que podría abrir la puerta a mayores exportaciones hacia Chile. La proximidad geográfica entre el yacimiento y el Pacífico, junto con la infraestructura existente, hace que esta colaboración sea viable.
Además del petróleo, el gas natural licuado (GNL) también representa una oportunidad significativa. Vaca Muerta tiene reservas de gas que podrían abastecer la demanda argentina durante 170 años. La estrategia de YPF incluye el desarrollo de contratos de exportación de GNL, lo que podría beneficiar a Chile, que actualmente importa gas de otros países. La posibilidad de utilizar gasoductos existentes para transportar gas natural puro a Chile también se está considerando, lo que podría facilitar un suministro constante y confiable.
Para 2030, se espera que la producción de gas en Vaca Muerta alcance niveles que permitan no solo satisfacer la demanda interna argentina, sino también exportar el excedente a mercados internacionales, incluido Chile. Marín ha señalado que, con las inversiones adecuadas, Chile podría recibir gas a firme durante todo el año, lo que sería un cambio significativo en la dinámica energética de la región.
La integración energética entre Argentina y Chile no solo es una cuestión de negocios, sino también de seguridad energética. La colaboración en el sector de hidrocarburos podría fortalecer las relaciones bilaterales y proporcionar a ambos países una mayor estabilidad en sus suministros energéticos. La historia reciente ha demostrado que la dependencia de un solo proveedor puede ser riesgosa, y diversificar las fuentes de energía es esencial para garantizar un futuro sostenible.
En resumen, la reactivación de las relaciones energéticas entre Argentina y Chile, impulsada por el potencial de Vaca Muerta, ofrece una oportunidad única para ambos países. Con inversiones estratégicas y un enfoque en la cooperación, es posible que se construya un futuro energético más sólido y confiable en la región.