La comunidad de los incels, un término que se refiere a aquellos que se consideran celibato involuntario, ha ganado notoriedad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes. Este fenómeno no solo se limita a un grupo aislado, sino que se ha convertido en un movimiento que afecta la percepción de las relaciones entre hombres y mujeres, así como la ideología política de muchos jóvenes. En este contexto, la serie británica ‘Adolescencia’ ha puesto de relieve la problemática que rodea a esta comunidad, reflejando una realidad que muchos prefieren ignorar.
La serie comienza con un trágico evento: un joven apuñala a su compañera de clase, un acto que se convierte en el punto de partida para explorar las complejidades de la adolescencia moderna. A través de la narrativa, se abordan temas como la violencia, la misoginia y la búsqueda de identidad en un mundo donde las redes sociales juegan un papel crucial. La representación de un protagonista que se siente superior a sus compañeros por no haber cometido un acto violento, a pesar de haber tenido la oportunidad, es un claro reflejo de la mentalidad que se encuentra en la manosfera, un espacio digital donde se difunden ideas misóginas y se promueve una visión distorsionada de las relaciones de género.
La comunidad incel ha evolucionado desde sus inicios en 1997, cuando la palabra fue acuñada por una mujer que buscaba crear un espacio de apoyo para aquellos que enfrentaban dificultades en el amor. Sin embargo, lo que comenzó como un intento de fomentar conexiones románticas ha degenerado en un caldo de cultivo para el odio y la autocompasión. Los incels se ven a sí mismos como víctimas de una sociedad que favorece a un pequeño porcentaje de hombres considerados atractivos, lo que les lleva a desarrollar una filosofía de vida centrada en el resentimiento hacia las mujeres y la creencia de que están condenados a una vida de soledad.
### La Teoría de la Hipergamia y su Impacto en la Juventud
Una de las creencias más arraigadas en la comunidad incel es la teoría de la hipergamia, que sostiene que las mujeres buscan parejas de estatus superior. Esta idea se traduce en la denominada regla 80/20, que postula que el 80% de las mujeres se siente atraído por el 20% de los hombres más atractivos. Este pensamiento ha llevado a muchos hombres a creer que están en desventaja en el juego de las citas, lo que alimenta su frustración y odio hacia las mujeres.
En este contexto, la apariencia física se convierte en un tema central. Los incels creen que los hombres que no cumplen con ciertos estándares de belleza están destinados al fracaso en sus relaciones. Este enfoque superficial no solo afecta la autoestima de quienes se identifican como incels, sino que también impacta en la percepción que tienen los jóvenes sobre las relaciones interpersonales. En Chile, por ejemplo, se ha observado un aumento en la depresión entre adolescentes que sienten que no pueden cumplir con las expectativas sociales de ser proveedores o mantener a sus parejas.
Además, la influencia de figuras como Andrew Tate, un exkickboxer y actual influencer, ha exacerbado esta problemática. Tate ha sido criticado por sus posturas misóginas y su capacidad para atraer a jóvenes a su ideología. Su presencia en redes sociales ha hecho que sus ideas se difundan rápidamente, convirtiéndose en un referente para muchos adolescentes que buscan respuestas a sus inseguridades. La normalización de discursos que promueven la dominación masculina y la desvalorización de la mujer se ha vuelto alarmante, y su impacto se siente en las aulas y en la vida cotidiana de los jóvenes.
### La Conexión con la Política de Derecha
El auge de la comunidad incel y la manosfera no se limita a la esfera social; también ha encontrado un eco en el ámbito político. En países como Chile y Argentina, se ha observado un creciente apoyo entre los hombres jóvenes hacia figuras de la ultraderecha. Este fenómeno se relaciona con un desencanto generalizado hacia la política tradicional, así como con la frustración económica que muchos enfrentan. La promesa de un cambio radical y la búsqueda de un orden social más conservador han resonado profundamente entre los jóvenes que se sienten desilusionados.
En Chile, el diputado Johannes Kaiser ha ganado popularidad entre los jóvenes al presentarse como un reaccionario que desafía el status quo. De manera similar, en Argentina, Javier Milei ha captado la atención de los hombres jóvenes, quienes se sienten atraídos por su retórica anti-establishment. Las encuestas indican que existe una creciente brecha ideológica entre hombres y mujeres jóvenes, donde un porcentaje significativo de hombres cree que el feminismo promueve el odio hacia ellos. Este fenómeno no es exclusivo de América Latina; en Europa, también se ha visto un aumento en el apoyo a partidos de extrema derecha entre los hombres jóvenes.
La manosfera ha servido como un canal para difundir estas ideas, conectando a jóvenes que se sienten marginados y frustrados. La combinación de la ideología antifeminista y el apoyo a figuras políticas de derecha ha creado un entorno donde el resentimiento y la búsqueda de poder se entrelazan, generando un ciclo de radicalización que es difícil de romper. La influencia de estas corrientes en la juventud actual plantea serios desafíos para la convivencia y la igualdad de género en el futuro.
