En el contexto de la violencia desatada por el Cartel de Sinaloa, los influencers han emergido como nuevas víctimas en un conflicto que trasciende las fronteras del crimen organizado. Este fenómeno ha cobrado notoriedad en los últimos meses, donde la guerra no solo se libra en las calles, sino también en las redes sociales, convirtiendo a los creadores de contenido en objetivos de propaganda y, en muchos casos, en blanco de ataques mortales.
### Influencers como Objetivos en la Guerra del Narco
Desde el inicio de este año, el conflicto interno del Cartel de Sinaloa ha dejado un saldo trágico de al menos seis influencers asesinados, lo que ha encendido las alarmas sobre la creciente violencia que afecta a quienes se han convertido en figuras públicas en el mundo digital. El 9 de enero, se lanzaron panfletos desde una avioneta en Culiacán, acusando a varios creadores de contenido de colaborar con “Los Chapitos”, la facción liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Entre los mencionados se encontraban nombres reconocidos como el cantante Peso Pluma y otros influencers populares como Camilo Ochoa y Markitos Toys.
La situación se ha vuelto crítica, ya que de los 25 influencers que aparecieron en esos volantes, seis han sido asesinados. El caso más reciente fue el de Camilo Ochoa, quien fue ultimado el 16 de agosto en Morelos, lo que indica que el conflicto se ha expandido más allá de Sinaloa. Este influencer, que contaba con más de 700,000 seguidores, se dedicaba a comentar sobre la guerra entre “Los Chapitos” y “Los Mayos”, lo que lo convirtió en un blanco para ambos bandos.
La violencia ha alcanzado niveles alarmantes, y los ataques no se limitan a los influencers más conocidos. El caso de “El Jasper”, un youtuber hallado con 70 impactos de bala, ilustra la brutalidad del conflicto. Otros influencers han optado por huir a otros estados o incluso a países extranjeros para escapar de la amenaza inminente. La situación es tan grave que se ha reportado la muerte de Gail Castro, hermano de Markitos Toys, en Baja California, un hecho que ha conmocionado a la comunidad de creadores de contenido.
### La Propaganda del Crimen Organizado en Redes Sociales
Históricamente, los carteles han utilizado internet como una herramienta para difundir propaganda y sembrar el miedo a través de videos de asesinatos. Sin embargo, en la actualidad, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde los narcoinfluencers promueven un estilo de vida asociado al crimen organizado, atrayendo a un público joven y vulnerable. Este fenómeno ha llevado a que los influencers se vean envueltos en una guerra de propaganda, donde se les exige transmitir ciertos mensajes y, a su vez, se convierten en blancos de ataques.
Javier Llausas, director de la ONG Construyendo Espacios para la Paz, ha señalado que esta situación es una guerra en toda regla, donde la propaganda juega un papel crucial. Salvador Mejía, abogado especializado en finanzas ilícitas, ha añadido que, aunque los influencers son un canal relativamente menor para el lavado de dinero, su verdadero valor radica en su capacidad para influir en la opinión pública y difundir mensajes que beneficien a los carteles.
La muerte de “El Pinky”, un influencer de 22 años, ejemplifica la crueldad de esta guerra propagandística. En un video desgarrador, fue interrogado y acusado de pasar información a uno de los hijos de “El Mayo” Zambada, antes de ser encontrado muerto esa misma noche. Este tipo de violencia no solo busca eliminar a los rivales, sino también enviar un mensaje claro a otros influencers sobre las consecuencias de cruzar a los carteles.
En abril, la Unidad de Inteligencia Financiera de México reveló que al menos 60 influencers estaban siendo investigados por lavado de dinero y sorteos ilegales. Aunque esta información no ha sido confirmada oficialmente, se ha señalado que el uso de influencers para inflar facturas y justificar ingresos imposibles es una práctica común en el mundo del crimen organizado. Las redes sociales, en particular TikTok, se han convertido en un terreno fértil para el reclutamiento y la construcción de nuevas identidades para los carteles.
La situación en Sinaloa es un claro reflejo de cómo el crimen organizado ha evolucionado, adaptándose a las nuevas tecnologías y utilizando las redes sociales como una herramienta de control y propaganda. Los influencers, que alguna vez fueron vistos como meros creadores de contenido, ahora se encuentran en el centro de una guerra que amenaza no solo sus vidas, sino también la percepción pública del narcotráfico en México.