La trayectoria de Mario Marcel como Ministro de Hacienda ha sido un tema de intenso debate en los círculos económicos y políticos de Chile. Desde su llegada al cargo en marzo de 2022, Marcel se enfrentó a un contexto económico complicado, marcado por las secuelas de la pandemia, un déficit fiscal significativo y una inflación que alcanzó niveles alarmantes. Su gestión, que se extendió por más de tres años, ha sido considerada como una de las más desafiantes en la historia reciente del país, y su legado está siendo evaluado por expertos y exministros que han trabajado en el ámbito de las finanzas públicas.
La llegada de Mario Marcel al gobierno de Apruebo Dignidad fue vista como un movimiento estratégico por parte del presidente Gabriel Boric. En un momento en que la economía chilena atravesaba una crisis, la experiencia de Marcel, quien había sido presidente del Banco Central y director de Presupuestos, ofrecía una sensación de estabilidad. Sin embargo, su relación con el gobierno no estuvo exenta de tensiones, especialmente considerando que Boric y su coalición representaban un cambio generacional en la política chilena, crítico de las administraciones anteriores.
**Desafíos Económicos y Logros de Marcel**
Uno de los principales retos que enfrentó Marcel fue la gestión del gasto público. Tras el estallido social de 2019 y los retiros de fondos de pensiones, las cuentas fiscales estaban en un estado crítico. Marcel tuvo que implementar medidas de austeridad y buscar un equilibrio entre la contención del gasto y la necesidad de reactivar la economía. Durante su gestión, se destacó por su capacidad para negociar y construir consensos, lo que le permitió avanzar en reformas significativas, como la reforma previsional.
El exministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien trabajó en el gobierno de Sebastián Piñera, ha elogiado la labor de Marcel, señalando que su llegada al cargo trajo tranquilidad a los mercados. Sin embargo, también ha expresado sus discrepancias, especialmente en relación con el apoyo de Marcel a propuestas constitucionales y reformas tributarias que, según Larraín, eran demasiado ambiciosas y no se alineaban con la realidad económica del país.
Marcel ha reconocido que uno de sus mayores dolores durante su gestión fue el rechazo a la reforma tributaria y el incumplimiento de las metas fiscales. A pesar de estos tropiezos, su legado incluye el crecimiento del PIB cercano al 3%, la contención de la inflación y la aprobación de la reforma previsional, que se considera uno de sus mayores logros. En su despedida, Marcel reflexionó sobre los momentos de angustia y satisfacción que vivió en su cargo, y agradeció la oportunidad de haber servido al país en un momento tan crítico.
**Perspectivas Futuras y Desafíos para el Nuevo Gobierno**
La salida de Mario Marcel ha dejado un vacío en el Ministerio de Hacienda, y su sucesor, Nicolás Grau, enfrentará el desafío de elaborar el presupuesto para 2026 en un contexto electoral complicado. La necesidad de retomar el crecimiento económico y recuperar la confianza de los inversionistas será crucial para el nuevo gobierno. Los analistas coinciden en que la próxima administración deberá buscar consensos y acuerdos para enfrentar los problemas estructurales que afectan a la economía chilena.
El exministro Ignacio Briones ha destacado la importancia de la gestión de Marcel en la contención del gasto público y su papel en la reforma previsional. Sin embargo, también ha señalado que el nuevo ministro deberá abordar los desvíos fiscales y la necesidad de un presupuesto equilibrado. La situación económica actual, caracterizada por un crecimiento débil y una deuda pública creciente, requerirá de decisiones difíciles y una visión clara para el futuro.
En resumen, la gestión de Mario Marcel ha sido un periodo de luces y sombras en la economía chilena. Su capacidad para enfrentar desafíos complejos y su enfoque en la construcción de consensos han sido valorados por muchos, aunque también ha enfrentado críticas por decisiones que algunos consideran erróneas. A medida que Chile avanza hacia un nuevo ciclo político, el legado de Marcel y las decisiones que tome su sucesor serán fundamentales para determinar el rumbo económico del país en los próximos años.