La reciente decisión del Presidente Gabriel Boric de solicitar la renuncia del ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, ha generado un gran revuelo en el ámbito político chileno. Este movimiento, que se produjo en medio de la campaña presidencial de Jeannette Jara, ha sido interpretado como un intento de Boric por consolidar una coalición más fuerte y evitar la dispersión de votos en las próximas elecciones. La situación ha dejado a muchos en el oficialismo sorprendidos y preocupados por las implicaciones que esta decisión podría tener en la candidatura de Jara.
El miércoles 20 de agosto, los miembros del comando de Jara se encontraron en una situación inesperada cuando comenzaron a recibir mensajes sobre la renuncia de Valenzuela. Este hecho se produjo tras la ruptura de la lista parlamentaria unitaria del oficialismo por parte de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), que decidió inscribir una nómina propia junto al movimiento Acción Humanista (AH). La reacción inmediata fue la suspensión de las actividades programadas y la coordinación con Jara, quien se encontraba en Calama en ese momento.
La respuesta de Jara a la prensa fue clara: «Es una decisión del Presidente de la República… sus razones tendrá a la vista». Sin embargo, muchos en el comando de Jara interpretaron la acción de Boric como una señal de que su prioridad no era la candidatura de Jara, sino la consolidación de una coalición que pudiera defender las ideas progresistas desde la oposición en el próximo Congreso. Esta percepción ha generado un clima de desconcierto y preocupación entre los parlamentarios oficialistas, quienes han criticado la falta de comunicación y apoyo del gobierno en el contexto electoral.
### La Reacción del Oficialismo ante la Decisión de Boric
La decisión de Boric ha sido recibida con críticas por parte de varios líderes del oficialismo, quienes han expresado su descontento por la «excesiva prescindencia» de La Moneda en relación a las elecciones. Jaime Quintana, timonel del PPD, ha señalado que desde el inicio de la campaña no han recibido ningún tipo de comunicación del comité político del Presidente, lo que ha llevado a una sensación de desconexión entre el gobierno y los parlamentarios.
El hecho de que muchos comités políticos hayan sido suspendidos en los últimos meses ha contribuido a esta percepción de desconexión. Los parlamentarios han señalado que no han recibido información clara sobre la estrategia electoral del gobierno, lo que ha generado incertidumbre sobre cómo se están manejando las campañas. Desde el equipo político de Boric, se ha argumentado que el Presidente y su gobierno no han dado por perdida la elección presidencial, y que están trabajando en una estrategia que, aunque difícil, es mucho más favorable que en meses anteriores.
Sin embargo, la desconfianza entre La Moneda y sus propios parlamentarios es palpable. La decisión de 42 diputados oficialistas de presentar un requerimiento ante el Tribunal Constitucional para derribar un proyecto de ley impulsado por el gobierno ha sido vista como un punto de inflexión. Este hecho ha evidenciado la falta de alineación entre los intereses de los parlamentarios y la agenda del Ejecutivo, lo que ha llevado a un clima de tensión y desconfianza.
### Estrategias de Campaña y el Rol del Gobierno
En medio de este contexto, el gobierno ha implementado una serie de iniciativas para acercar los servicios públicos a la ciudadanía, como los “gobiernos en terreno”. Sin embargo, estas acciones han sido vistas como insuficientes para fortalecer la campaña de Jara. La elección de las regiones y comunas donde se realizan estas actividades no es al azar, pero muchos consideran que no son la solución mágica para mejorar la imagen del gobierno en el contexto electoral.
Además, la próxima Cumbre por la Democracia, convocada por Boric, se presenta como una oportunidad para impulsar la campaña de Jara. Los líderes del Frente Amplio creen que esta cumbre puede generar una sintonía con la campaña de Jara, siempre y cuando ella logre traducir las discusiones internacionales en propuestas concretas para la ciudadanía.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, la campaña de Jara enfrenta desafíos significativos. Con un apoyo que oscila entre el 25% y el 27%, la candidata se encuentra en una posición delicada, especialmente ante las críticas de la oposición que la acusan de ser la candidata de la continuidad. La estrategia del comando se ha centrado en preservar la legitimidad de Jara y en ordenar el discurso programático, que ha sido desorganizado por la necesidad de complacer a múltiples partidos dentro de la coalición.
La reciente destitución de Valenzuela ha dejado claro que Boric está dispuesto a tomar decisiones difíciles para mantener la cohesión de su coalición. Sin embargo, las tensiones internas y la falta de comunicación con los parlamentarios podrían complicar aún más la situación a medida que se acercan las elecciones. La capacidad del gobierno para gestionar estas dinámicas será crucial para el éxito de la candidatura de Jara y para la consolidación de una coalición que pueda enfrentar los desafíos del futuro.