La reciente salida de Esteban Valenzuela del gabinete del Presidente Gabriel Boric ha generado un amplio debate sobre la situación política actual en Chile. Valenzuela, quien se desempeñaba como Ministro de Agricultura, dejó su cargo tras la falta de consenso en torno a una lista parlamentaria única, un tema que ha sido central en la agenda del gobierno. Esta decisión no solo refleja las tensiones internas dentro del oficialismo, sino que también pone de manifiesto las dificultades que enfrenta el gobierno para consolidar una coalición efectiva.
La renuncia de Valenzuela se produce en un contexto donde su partido, la Federación Regionalista Verde Social (FREVS), junto a Acción Humanista (AH), intentaron presentar una lista paralela, lo que complicó aún más la posibilidad de un acuerdo unificado. En una entrevista, Valenzuela expresó que su salida era una decisión lógica, considerando que no se había logrado el objetivo de una lista única, que el Presidente había planteado como una prioridad. «El Presidente fue bien explícito con nosotros, con que la política del gobierno era buscar la lista única», comentó Valenzuela, subrayando su compromiso con esta meta.
### La Crisis de la Coalición y las Amenazas a los Militantes
La situación se torna más compleja cuando se considera que, según denuncias de Jaime Mulet, diputado y exabanderado presidencial del FREVS, algunos militantes de su partido que aún trabajan en el gobierno han recibido amenazas de desvinculación si no declinan sus candidaturas al Congreso. Mulet afirmó que estas actitudes son reminiscentes de épocas de dictadura, lo que añade una capa de tensión y preocupación sobre la libertad política dentro del gobierno.
Las declaraciones de Mulet resaltan un problema más amplio en la política chilena: la falta de cohesión y el temor a represalias dentro de las filas del oficialismo. La presión sobre los militantes para que abandonen sus candidaturas puede interpretarse como un intento de consolidar el poder dentro de un gobierno que ya enfrenta desafíos significativos en su gestión.
Valenzuela, al abordar su renuncia, también hizo hincapié en que su decisión no fue una cuestión de persecución por parte del Presidente, sino más bien una cuestión de dignidad. «No quiero ser un estorbo», afirmó, lo que sugiere que su salida fue también un acto de responsabilidad política. Reconoció que había dos opciones: renunciar o dejar su partido, y optó por la primera, reafirmando su compromiso con los principios que lo llevaron a la política.
### Reflexiones sobre la Dificultad de Construir Consensos
La salida de Valenzuela pone de relieve las dificultades que enfrenta el gobierno de Boric para construir consensos en un entorno político fragmentado. La idea de una lista única que incluya a múltiples partidos y movimientos ha sido vista como una solución para fortalecer la coalición, pero la realidad ha demostrado ser más complicada. Valenzuela criticó a los partidos más grandes por no haber trabajado con coherencia para facilitar este proceso, lo que indica una falta de voluntad o capacidad para llegar a acuerdos que beneficien a todos.
El exministro también mencionó que había un «espejismo» en torno a la posibilidad de construir una lista única con tantos actores políticos involucrados. Esta afirmación sugiere que, a pesar de las intenciones, las diferencias ideológicas y estratégicas entre los partidos han dificultado la creación de una plataforma unificada. La falta de un enfoque común puede llevar a una fragmentación aún mayor en el futuro, lo que podría debilitar la posición del gobierno ante la oposición.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro del gobierno de Boric y su capacidad para navegar en un panorama político tan complejo. La renuncia de Valenzuela es solo un síntoma de problemas más profundos que requieren atención urgente. La habilidad del gobierno para gestionar estas crisis internas será crucial para su estabilidad y éxito a largo plazo. En un contexto donde la política se encuentra en constante cambio, la capacidad de construir puentes y fomentar el diálogo será esencial para avanzar en la agenda del gobierno y responder a las necesidades de la ciudadanía.