La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto insostenible, y las voces de quienes están en el terreno son cada vez más urgentes. Paula Gil, presidenta de Médicos Sin Fronteras España, ha compartido su experiencia y la dura realidad que enfrentan los palestinos en esta región devastada por el conflicto. Desde el acceso limitado a alimentos hasta la falta de atención médica, la crisis humanitaria se agrava día a día.
**Desesperación por la Escasez de Alimentos**
La escasez de alimentos es uno de los problemas más acuciantes que enfrenta la población de Gaza. Gil explica que, a pesar de la supuesta distribución de ayuda humanitaria, la realidad es que las condiciones son extremadamente peligrosas. Las personas se ven obligadas a arriesgar sus vidas para obtener alimentos en los puntos de distribución, donde se han reportado disparos y tumultos. «La situación es desesperada. La gente busca comida urgentemente, pero el acceso es limitado y peligroso», afirma Gil.
La presidenta de Médicos Sin Fronteras destaca que, antes del conflicto, había un flujo de alimentos en el mercado, aunque a precios exorbitantes. Sin embargo, ahora, la población no tiene acceso a alimentos básicos, lo que ha llevado a un aumento alarmante de la malnutrición, especialmente entre mujeres embarazadas y niños. Las madres se ven forzadas a elegir entre alimentarse a sí mismas o a sus hijos, lo que resulta en un aumento de casos de malnutrición severa.
**Condiciones Médicas Críticas**
La situación sanitaria en Gaza es igualmente alarmante. Gil menciona que los hospitales están colapsados y que no hay un solo centro médico que funcione al 100%. La falta de suministros médicos esenciales ha llevado a que muchos pacientes no reciban la atención que necesitan. «Hay cerca de 12,000 personas esperando evacuación médica, y muchas de ellas sufren de condiciones graves como cáncer o enfermedades crónicas», explica.
Los equipos de Médicos Sin Fronteras enfrentan enormes desafíos para proporcionar atención médica. La escasez de medicamentos y equipos médicos ha llevado a que los profesionales de la salud tengan que tomar decisiones difíciles sobre a quién atender. «Es desgarrador ver a pacientes que podrían ser tratados con medicamentos que no tenemos», lamenta Gil.
Además, la inseguridad en la región complica aún más la situación. Los trabajadores humanitarios enfrentan constantes amenazas, y muchos de ellos son desplazados que viven en condiciones precarias. Gil relata que, en su última visita a Gaza, escuchó bombardeos todas las noches, lo que genera un ambiente de miedo y ansiedad tanto para los trabajadores como para la población civil.
**Impacto Psicológico y Social**
La crisis humanitaria en Gaza no solo afecta la salud física de las personas, sino que también tiene un impacto profundo en su salud mental. La desesperación, el miedo y la incertidumbre han llevado a un aumento de problemas psicológicos entre la población. Gil menciona que los trabajadores de la salud también sufren el peso emocional de no poder ayudar a todos los que lo necesitan.
«La carga emocional es inmensa. Muchos de nuestros compañeros se sienten impotentes al no poder proporcionar la atención que saben que es necesaria», dice Gil. La falta de recursos y el constante riesgo de violencia han creado un ambiente de estrés crónico que afecta a todos en la región.
**Llamado a la Acción**
Médicos Sin Fronteras ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para que se tomen medidas efectivas que permitan mejorar la situación en Gaza. Gil enfatiza la necesidad de que se garantice el acceso humanitario y se levanten las restricciones que impiden la entrada de suministros esenciales.
«Es fundamental que la comunidad internacional actúe. La situación en Gaza es más allá de catastrófica y requiere atención inmediata», concluye Gil. La voz de quienes están en el terreno es un recordatorio de que, detrás de las estadísticas y los informes, hay vidas humanas que sufren y que necesitan ayuda urgente. La crisis en Gaza es un llamado a la solidaridad y a la acción, para que se garantice el derecho a la vida y a la dignidad de todos sus habitantes.