En la década de 1970, un fenómeno natural dio origen a la isla Santa Rosa, un pequeño territorio situado en el río Amazonas, que ha desencadenado una intensa controversia diplomática entre Perú y Colombia. La disputa se centra en la interpretación de la soberanía sobre esta isla, que se ha convertido en un punto de fricción entre ambos países. La historia de esta isla y su relevancia geopolítica son fundamentales para entender el conflicto actual.
La isla Santa Rosa, ubicada en la zona de la triple frontera con Brasil, ha sido objeto de desacuerdos desde que el Tratado Lozano-Salomón de 1922 estableció la frontera entre Perú y Colombia. Este tratado asignó la isla de Chinería a Perú, pero la creación de Santa Rosa a raíz de un fenómeno natural ha complicado la situación. A medida que el nivel del río Amazonas fluctúa, Chinería y Santa Rosa se han unido, lo que ha llevado a Perú a reclamar que esta nueva formación es parte de su territorio original. Por otro lado, Colombia sostiene que Santa Rosa, al ser una isla nueva, no fue asignada a ningún país durante el proceso de delimitación territorial.
La tensión entre ambos países se intensificó en junio de 2025, cuando el Congreso peruano aprobó la creación del distrito de Santa Rosa de Loreto, que incluye la isla en cuestión. Esta decisión provocó que Colombia emitiera notas de protesta, argumentando que la soberanía sobre la isla es indeterminada. El presidente colombiano, Gustavo Petro, expresó su preocupación en redes sociales, acusando a Perú de haber «copado» territorio colombiano y de violar el Protocolo de Río de Janeiro, que busca regular las relaciones fronterizas entre ambos países.
El 5 de agosto de 2025, Petro reiteró sus acusaciones, afirmando que el gobierno peruano se había apropiado de islas que, según el tratado, deberían pertenecer a Colombia. En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú emitió un comunicado en el que rechazó las afirmaciones de Petro, defendiendo su derecho sobre la isla de Chinería y reafirmando que ha ejercido soberanía sobre ella durante más de un siglo.
La isla Santa Rosa no solo es un punto de disputa territorial, sino que también es crucial para el comercio fluvial entre Perú, Colombia y Brasil. Con una población de aproximadamente 3,000 personas, en su mayoría peruanas, la isla cuenta con servicios proporcionados por el Estado peruano. La situación se complica aún más por la importancia económica de la región, que depende del comercio y la navegación en el río Amazonas.
A medida que las tensiones aumentan, ambos gobiernos han comenzado a buscar un diálogo. Se ha programado una reunión de la comisión mixta de fronteras para el 11 y 12 de septiembre de 2025, donde se espera que se discutan las diferencias y se busquen soluciones pacíficas. Sin embargo, el camino hacia la resolución del conflicto no será fácil, dado el trasfondo histórico y las emociones involucradas.
La isla Santa Rosa representa no solo un punto geográfico en un mapa, sino también un símbolo de la complejidad de las relaciones entre Perú y Colombia. La historia de esta isla y su controversia territorial subrayan la necesidad de un enfoque diplomático y colaborativo para resolver disputas en la región. A medida que ambos países se preparan para el diálogo, la comunidad internacional observa de cerca, esperando que se logre un acuerdo que respete los derechos de ambos lados y promueva la paz en la región.