El 4 de junio, Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos, presentó su campaña con un enfoque que ha generado tanto interés como inquietud dentro de su coalición. Su eslogan, «Valentía para gobernar, cercanía para escuchar», fue acompañado de un video que muestra dos facetas de la exalcaldesa: una más firme y otra más humana. Esta estrategia busca conectar con diferentes segmentos del electorado, pero también ha suscitado críticas sobre la claridad y coherencia de su mensaje.
### La Doble Imagen de Matthei
El video que acompaña el lanzamiento de la campaña de Matthei presenta una narrativa dual: por un lado, la candidata que toca el piano, simbolizando su lado más humano y cercano; por otro, la figura de Matthei que se muestra dura frente a la delincuencia y la corrupción. Esta dicotomía ha sido interpretada como un intento de abarcar un espectro más amplio de votantes, pero también ha generado confusión sobre la verdadera identidad de la candidata.
Dentro de Chile Vamos, algunos miembros han expresado su preocupación por el estilo directo y a veces impulsivo de Matthei. Episodios recientes, como su enfrentamiento con la ministra vocera Aisén Etcheverry, han dejado entrever una falta de control en la comunicación de su campaña. Este tipo de incidentes ha llevado a algunos a cuestionar si la exalcaldesa es la figura adecuada para liderar la coalición, especialmente en un contexto donde la cohesión y la estrategia son cruciales.
La percepción de una campaña desorganizada se ha intensificado. En privado, algunos dirigentes han señalado que la falta de una dirección clara ha contribuido a una imagen de desesperación y desorden. Esto ha llevado a que se proponga un cambio en el enfoque, sugiriendo que el mensaje de la campaña debería centrarse en la experiencia de Matthei, enfatizando que «Evelyn sabe, Evelyn puede». Sin embargo, la implementación de esta estrategia ha sido inconsistente, lo que ha dificultado la consolidación de su imagen ante el electorado.
### Comparaciones con Sebastián Piñera
Las comparaciones con el ex presidente Sebastián Piñera son inevitables. A diferencia de Matthei, Piñera era conocido por su capacidad de liderazgo y su estilo organizativo. Mientras que el exmandatario lideraba las coordinaciones de su campaña de manera más centralizada, Matthei tiende a delegar decisiones en sus asesores más cercanos. Esta diferencia ha llevado a que algunos en Chile Vamos cuestionen su capacidad para manejar la complejidad de una campaña presidencial.
Un ejemplo de esta delegación se observa en la inscripción de su precandidatura en el Servicio Electoral, una decisión que fue impulsada por su jefe de campaña, Diego Paulsen. A medida que avanza la campaña, Paulsen ha asumido un papel más protagónico, lo que ha generado dudas sobre la autonomía de Matthei en la toma de decisiones. Aunque algunos dentro de su equipo minimizan estas diferencias, la percepción de que Matthei no tiene un control total sobre su campaña persiste.
La falta de claridad en la comunicación también ha sido un punto crítico. Durante una reciente reunión con sus voceros, se evidenció que las distintas posturas comunicacionales no lograron un consenso, lo que resultó en mensajes contradictorios. Esto se hizo evidente cuando Paulsen, al ser consultado sobre el crecimiento en las encuestas de su competidor, José Antonio Kast, hizo comentarios que algunos consideraron inapropiados y que podrían perjudicar la imagen de la campaña.
La exalcaldesa ha enfrentado críticas no solo por su estilo comunicacional, sino también por su incapacidad para establecer una postura firme en temas clave, como las alianzas políticas. En su propio partido, la UDI, hay descontento por su decisión de buscar una alianza con el Partido Demócratas, lo que algunos ven como un riesgo que podría alejar a la base más conservadora del partido. Esta situación refleja la tensión entre la necesidad de ampliar su base electoral y el deseo de mantener la lealtad de sus militantes más tradicionales.
A medida que se acercan las primarias, la presión sobre Matthei para definir su estrategia y su imagen se intensifica. La falta de una narrativa clara y coherente podría ser un obstáculo significativo en su camino hacia La Moneda. En un entorno político cada vez más competitivo, la capacidad de la candidata para adaptarse y responder a las críticas será crucial para su éxito electoral.