En un giro inesperado de los acontecimientos, el abogado Mario Vargas se ha visto envuelto en un escándalo judicial que ha captado la atención de la opinión pública en Chile. Este martes, se llevaron a cabo tres allanamientos simultáneos en el sector oriente de Santiago, incluyendo la residencia de la exministra de la Corte Suprema, Ángela Vivanco. Estos operativos están relacionados con la investigación conocida como «caso Muñeca Bielorrusa», que investiga supuestas coimas y actos de corrupción vinculados a una sentencia del máximo tribunal del país.
La trama se complica aún más con la implicación del consorcio Velaz Mobitec S.P.A., que se encuentra en medio de un litigio judicial contra Codelco. Durante los allanamientos, tres personas fueron detenidas: Gonzalo Migueles, esposo de Vivanco, y los abogados Eduardo Lagos y Mario Vargas. Este último, antes de su arresto, había estado defendiendo a Francisco Coeymans en una audiencia relacionada con el caso Primus, donde su comportamiento fue objeto de críticas por parte de la jueza a cargo.
La audiencia de reformalización de Coeymans se llevó a cabo en el 4º Juzgado de Garantía de Santiago, donde se revisaron las medidas cautelares de otros imputados en el caso, incluyendo a Marcelo Rivadeneira e Ignacio Amenábar. Según el Ministerio Público, el fraude que afectó al factoring de propiedad de los empresarios Raimundo Valenzuela y Eduardo Guerrero es uno de los más significativos de la última década. Los abogados defensores de los socios de Primus Capital revelaron que sus clientes desembolsaron la asombrosa suma de US$100 millones para evitar el colapso financiero derivado de la red urdida por Coeymans, Amenábar, Rivadeneira y el abogado Antonio Guzmán.
En este contexto, la defensa de Rivadeneira logró que se le rebajara la medida cautelar, permitiéndole quedar con arresto domiciliario nocturno. Sin embargo, la situación fue diferente para Coeymans, quien no obtuvo un resultado favorable. Durante la audiencia, Vargas, que había solicitado comparecer de manera virtual y llegó tarde, protagonizó un incidente al discutir con Cristián Arias, abogado defensor de Rivadeneira. Este conflicto surgió tras la revelación de presuntos vínculos entre Vargas y el abogado Luis Hermosilla, lo que llevó a Arias a exigir una explicación a Vargas, quien no pudo ofrecer una respuesta satisfactoria.
A medida que avanzaba la audiencia, Vargas sorprendió a todos al desistirse de su solicitud de sobreseimiento, lo que dejó a la magistrada Paola Osorio desconcertada. Vargas, visiblemente nervioso, simplemente reiteró que no podía continuar con la gestión, afirmando: «No puedo hacer esta solicitud, así que me desisto». Este comportamiento ha generado especulaciones sobre su estado mental y su capacidad para ejercer como abogado en medio de una situación tan complicada.
La historia de Vargas no termina aquí. En abril de 2024, había solicitado la destrucción de toda la información contenida en el teléfono de Luis Hermosilla, quien fue detenido y formalizado por una serie de delitos en el caso Factop-Audio. Vargas, además, es parte del círculo cercano de la exministra Ángela Vivanco, lo que añade una capa adicional de complejidad a su situación.
Poco después de la audiencia, la Policía de Investigaciones realizó diligencias intrusivas en el hogar de Vargas, en el marco de la investigación del caso Muñeca Bielorrusa. Este caso ha cobrado notoriedad debido a las acusaciones de coimas a funcionarios públicos, lo que ha llevado a la Fiscalía a preparar una querella contra Vivanco, quien se encuentra en el centro de la tormenta.
La tarde del mismo día, Vargas y su socio Eduardo Lagos fueron detenidos y se espera que sean formalizados ante el 7º Juzgado de Garantía de Santiago. Gonzalo Migueles, por su parte, se presentó voluntariamente en un cuartel de Carabineros para entregarse a la policía, lo que indica que la situación está lejos de resolverse y que más detalles podrían salir a la luz en los próximos días.
Este escándalo no solo pone en tela de juicio la integridad del sistema judicial chileno, sino que también plantea preguntas sobre la ética profesional de los abogados involucrados. La conexión entre el caso Muñeca Bielorrusa y otros escándalos judiciales en el país ha generado un clima de desconfianza en la ciudadanía, que exige respuestas y justicia. A medida que avanza la investigación, se espera que más figuras del ámbito legal y político sean arrastradas por esta ola de corrupción que ha sacudido los cimientos de la justicia en Chile.
