En los últimos años, Francia ha sido testigo de un fenómeno sorprendente en el ámbito religioso: un notable aumento en el número de adultos que optan por el bautismo católico. Este incremento ha suscitado diversas interpretaciones y reflexiones sobre el estado actual de la religión en un país conocido por su laicismo y su tendencia a la secularización. Durante el fin de semana de Pascua de 2024, aproximadamente 10,300 adultos y 7,400 adolescentes se bautizaron en diversas localidades del país, lo que representa un aumento del 45% en comparación con el año anterior. Este crecimiento es significativo, especialmente en un contexto donde los bautismos de recién nacidos han ido en declive durante las últimas décadas.
### La Búsqueda de Comunidad y Espiritualidad
El aumento en los bautismos de adultos ha sido interpretado por algunos expertos como una búsqueda de comunidad y sentido en un mundo post-pandemia. La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha llevado a muchas personas a replantearse sus prioridades y a buscar conexiones más profundas con los demás. Según Martin Dumont, secretario general del Instituto de Estudios e Investigaciones Religiosas de la Universidad de la Sorbona, la presencia del Islam en la sociedad y en las redes sociales ha generado un interés renovado en la religión católica. Este fenómeno no se limita a Francia, ya que se ha observado un patrón similar en otros países europeos, como Bélgica.
Un estudio realizado por la Conferencia Episcopal francesa revela que una parte considerable de los nuevos bautizados proviene de entornos no religiosos. Esto indica que el catolicismo está atrayendo a personas que, anteriormente, no se identificaban con ninguna fe. La búsqueda de una comunidad “no virtual” se ha vuelto esencial para muchos jóvenes, quienes encuentran en la iglesia un espacio de pertenencia y apoyo emocional. Además, el aumento en la asistencia a ceremonias religiosas, como el Miércoles de Ceniza, sugiere que hay un interés creciente en explorar la espiritualidad más allá de las festividades tradicionales como la Navidad o la Pascua.
### La Laicidad y el Futuro del Catolicismo en Francia
A pesar de este resurgimiento en los bautismos de adultos, es importante contextualizar estos datos dentro del marco más amplio de la religión en Francia. Desde la promulgación de la ley de laicidad en 1905, el país ha mantenido una postura firme en cuanto a la separación entre la iglesia y el estado. Menos del 5% de la población asiste a servicios religiosos semanalmente, lo que contrasta con cifras más altas en otros países europeos con raíces católicas, como Italia y Polonia. En este sentido, el catolicismo sigue siendo la religión mayoritaria, pero la práctica activa de la fe está en declive.
El director del Instituto Francés de Opinión Pública, Jérôme Fourquet, destaca que, aunque la iglesia puede alegrarse por el aumento en los bautismos de adultos, esto no compensa la disminución de los bautismos de recién nacidos. En 1980, el 70% de los recién nacidos eran bautizados, mientras que hoy esa cifra ha caído al 30%. Este cambio refleja una transformación cultural en la que las nuevas generaciones han crecido en un entorno donde la práctica religiosa es cada vez más marginal.
Dumont también señala que, a pesar del aumento en los bautismos, la laicidad sigue siendo un factor limitante en la relevancia de las religiones en el espacio público. La crispación en torno a la presencia de la religión en la vida pública ha llevado a algunos sectores políticos a abogar por restricciones adicionales. Sin embargo, el aumento en la demanda de bautismos de adultos podría ser un indicativo de un cambio en la forma en que las personas se relacionan con la religión, moviéndose de un catolicismo de herencia a uno de elección y convicción.
Vincent Gourdon, historiador y autor de un libro sobre el bautismo en Francia, advierte que es prematuro considerar este aumento como un signo de un renacimiento del catolicismo. Aunque hay más adultos que buscan el bautismo, esto no necesariamente indica un retorno a la práctica religiosa tradicional. En cambio, refleja un enfoque más individualizado y menos vinculado a la herencia cultural.
En resumen, el aumento de los bautismos católicos en Francia es un fenómeno complejo que refleja tanto una búsqueda de comunidad y espiritualidad en tiempos de incertidumbre como un cambio en la relación de las personas con la religión. A medida que la sociedad francesa continúa evolucionando, será interesante observar cómo se desarrollan estas tendencias y qué impacto tendrán en el futuro del catolicismo en el país.
