El asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay ha conmocionado a Colombia. El 7 de junio de 2025, durante un acto público en Bogotá, Uribe fue atacado a tiros, y tras dos meses en estado crítico, su familia anunció su fallecimiento el 11 de agosto. Este trágico suceso ha llevado a la detención de seis personas, entre ellas un menor de edad que supuestamente disparó, pero el foco de la investigación se centra en Elder José Arteaga Hernández, conocido como ‘Chipi’. Este artículo explora quién es ‘Chipi’ y su papel en este crimen que ha sacudido al país.
**El perfil de ‘Chipi’: un criminal con un largo historial**
Elder José Arteaga Hernández, alias ‘Chipi’ o ‘Costeño’, es considerado el cerebro detrás del ataque contra Uribe Turbay. Según las autoridades, ‘Chipi’ es un delincuente con más de 20 años de experiencia en el crimen organizado. Su historial incluye delitos como robos, extorsiones y violencia, lo que lo convierte en una figura temida en el mundo delictivo colombiano. La Policía Nacional ha declarado que ‘Chipi’ fue la cabeza de la operación que llevó a cabo el asesinato del político, y se le atribuye la planificación meticulosa de cada detalle del ataque.
El general de la Policía Nacional, Carlos Fernando Triana, ha afirmado que ‘Chipi’ recibió una suma considerable de dinero, estimada en 1.000 millones de pesos colombianos (aproximadamente 240 millones de pesos chilenos), para coordinar la red de sicarios que ejecutó el atentado. Este nivel de organización y financiamiento sugiere que el ataque no fue un acto aislado, sino parte de un plan más amplio que podría estar vinculado a intereses políticos o económicos.
La figura de ‘Chipi’ ha estado presente en el panorama criminal colombiano desde la década del 2000. Su notoriedad ha crecido a lo largo de los años, y aunque ha estado en prisión en al menos una ocasión, su capacidad para operar en el submundo del crimen ha persistido. Las autoridades lo describen como un líder capaz de organizar operaciones delictivas de gran envergadura, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad y la justicia en el país.
**La red de cómplices y el misterio del autor intelectual**
La investigación sobre el asesinato de Miguel Uribe Turbay ha revelado una red de cómplices que, según las autoridades, incluye a varias personas detenidas. Entre ellas se encuentra Katerine Andrea Martínez, alias ‘Gabriela’, una joven de 19 años que supuestamente proporcionó el arma al menor que disparó. También han sido arrestados William Fernando González Cruz, alias ‘El Viejo’, quien ayudó a planear el ataque, y Carlos Eduardo Mora González, quien habría manejado el vehículo de escape. Cristian Camilo González Ardila, otro detenido, tenía la responsabilidad de garantizar la huida del autor material del crimen.
A pesar de estas detenciones, el autor intelectual detrás del asesinato de Uribe Turbay sigue siendo un misterio. Las autoridades aún no han podido identificar quién contrató a ‘Chipi’ para llevar a cabo el ataque ni los motivos que lo llevaron a hacerlo. Este vacío en la investigación ha generado inquietud en la opinión pública, que exige respuestas sobre los verdaderos intereses que podrían estar detrás de este crimen.
El caso ha puesto de relieve la complejidad del crimen organizado en Colombia y la necesidad de una respuesta contundente por parte de las autoridades. La muerte de un político de alto perfil como Uribe Turbay no solo afecta a su familia y seguidores, sino que también plantea serias preguntas sobre la seguridad de los líderes políticos en el país y la capacidad del Estado para proteger a sus funcionarios.
La situación actual en Colombia es tensa, y el asesinato de Uribe Turbay ha reavivado el debate sobre la violencia política y el crimen organizado. Mientras las autoridades continúan su investigación, la figura de ‘Chipi’ se convierte en un símbolo de los desafíos que enfrenta el país en su lucha contra el crimen y la impunidad. La sociedad colombiana espera que se haga justicia y que se esclarezcan los motivos detrás de este trágico suceso, que ha dejado una marca indeleble en la historia reciente del país.