El complejo turístico Wonsan Kalma, inaugurado recientemente en Corea del Norte, ha captado la atención internacional por su exclusividad y su enfoque en atraer a turistas rusos. Este resort de lujo, que busca revitalizar el turismo en un país que ha estado aislado durante años, se presenta como un símbolo de la apertura controlada del régimen de Kim Jong Un. Con una capacidad para 20,000 visitantes, el complejo ha comenzado a recibir a sus primeros turistas, aunque con restricciones significativas sobre las nacionalidades permitidas.
### Un Destino Turístico en Medio de la Aislamiento
Desde el cierre de fronteras en enero de 2020 debido a la pandemia de Covid-19, Corea del Norte había mantenido un estricto control sobre la entrada de turistas. Sin embargo, en febrero de 2024, el país reabrió sus puertas, pero solo para ciudadanos rusos. Este cambio se produce en un contexto donde, antes de la pandemia, el país recibía anualmente a cientos de miles de turistas, principalmente de China. La decisión de permitir la entrada de turistas rusos parece estar motivada por la necesidad de fortalecer lazos económicos y políticos entre ambos países, especialmente en un momento en que Rusia busca aliados en medio de las sanciones internacionales.
El resort Wonsan Kalma, que se inspira en el balneario español de Benidorm, ha sido promocionado por el régimen desde 2018. La inauguración del complejo se llevó a cabo a finales de junio de 2025, con la presencia del líder norcoreano, quien mostró su satisfacción con las instalaciones. Sin embargo, imágenes satelitales indican que muchas áreas del resort aún están en construcción, lo que sugiere que el proyecto está lejos de completarse.
### Experiencias de los Turistas Rusos
Los primeros grupos de turistas rusos que han visitado Wonsan Kalma han compartido sus experiencias, revelando tanto aspectos positivos como negativos del resort. Anastasia Samsonova, una de las visitantes, destacó la belleza de las playas, con arena blanca y aguas cristalinas. Sin embargo, también mencionó que las opciones de bebida eran limitadas a agua, té y cerveza, lo que podría ser un inconveniente para algunos.
El costo del viaje para estos turistas ha sido considerable. Samsonova pagó aproximadamente 2,000 dólares por una semana en el resort, lo que incluye el alojamiento y las comidas, aunque no cubre gastos adicionales como refrigerios o actividades de ocio. La mayoría de los turistas rusos que han visitado el complejo parecen ser personas con un alto poder adquisitivo, lo que refleja la intención del régimen de atraer a un público exclusivo.
Durante su estancia, los turistas notaron que el resort estaba prácticamente vacío, lo que les permitió recibir un servicio rápido y personalizado. Samsonova comentó que se sintieron como «las personas más importantes del mundo» debido a la atención que recibieron del personal. Sin embargo, también surgieron situaciones incómodas, como la entrada inesperada del personal de limpieza en sus habitaciones, lo que generó incomodidad entre algunos visitantes.
El viaje desde Pyongyang a Wonsan, que originalmente iba a ser en avión, se realizó en tren, lo que permitió a los turistas observar el paisaje rural de Corea del Norte. Este trayecto de aproximadamente 10 horas les ofreció una visión del país que ha estado bajo estrictas sanciones internacionales. A pesar de las limitaciones, los turistas pudieron disfrutar de la belleza natural del entorno, aunque también se dieron cuenta de las realidades del país, como la escasez de recursos y la falta de infraestructura en algunas áreas.
### Un Futuro Incierto para el Turismo en Corea del Norte
A medida que el resort Wonsan Kalma comienza a recibir más turistas rusos, surgen interrogantes sobre el futuro del turismo en Corea del Norte. La exclusividad del resort y la limitación de nacionalidades permitidas para ingresar al país podrían ser un obstáculo para el crecimiento del sector turístico. Además, la situación política y económica de Corea del Norte, junto con las tensiones internacionales, podrían influir en la decisión de otros países de permitir que sus ciudadanos visiten el país.
El régimen de Kim Jong Un parece estar apostando por el turismo como una forma de generar ingresos y mejorar su imagen internacional. Sin embargo, la dependencia de un solo país para atraer turistas podría ser un riesgo a largo plazo. A medida que el mundo se adapta a la nueva normalidad post-pandemia, el futuro del turismo en Corea del Norte seguirá siendo incierto, y el éxito del resort Wonsan Kalma dependerá de la capacidad del régimen para atraer a un público más diverso y superar las limitaciones actuales.