La reciente querella presentada contra Sunflower Technology ha destapado un escándalo financiero que ha dejado a cientos de personas en una situación precaria. Fundada por inversionistas de Singapur, esta plataforma prometía rentabilidades de hasta un 12% mensual, además de premios atractivos como consolas de videojuegos y eventos en lujosos hoteles. Sin embargo, lo que parecía ser una oportunidad de inversión se ha revelado como un sofisticado esquema Ponzi.
### La Promesa de Inversiones y el Colapso del Sistema
Desde su inicio en 2023, Sunflower Technology ofrecía a sus usuarios la posibilidad de invertir en créditos provenientes de Singapur. Los inversionistas depositaban dinero en cuentas bancarias o a través de criptomonedas, atraídos por la promesa de retiros rápidos y ganancias atractivas. Sin embargo, el modelo de negocio se basaba en un sistema insostenible donde los fondos de nuevos inversionistas se utilizaban para pagar a los anteriores, un clásico signo de estafa piramidal.
La situación se volvió crítica el 3 de julio de 2025, cuando el sistema colapsó. Los usuarios comenzaron a experimentar bloqueos en sus retiros de dinero, y los representantes de la empresa, quienes operaban bajo nombres occidentalizados como “Toove” y “Lukas”, desaparecieron del país. En medio de este caos, los gerentes chilenos de la empresa cerraron sus redes sociales y su sitio web, dejando a los inversionistas sin respuestas.
La querella, presentada ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago, incluye a varios ejecutivos de la empresa, entre ellos Jaime Mena, country manager de Sunflower, y Sandra Muñoz, encargada de la sucursal en Concón-Reñaca. La acción legal ha sido respaldada por 34 víctimas que han reportado pérdidas que superan los 97 millones de pesos chilenos, lo que ha llevado a los querellantes a solicitar medidas cautelares para evitar que los acusados muevan sus bienes o fondos.
### El Perfil de las Víctimas y el Impacto del Fraude
Las víctimas de Sunflower Technology son diversas, abarcando desde profesionales del área financiera hasta deportistas. Entre los querellantes se encuentran nombres reconocidos en el ámbito del fútbol, como Nicolás Forttes, futbolista profesional, y Itamar Csaszar Isaacson, kinesiólogo de la ANFP. También hay profesionales destacados en el ámbito financiero, como economistas y ejecutivos de empresas, quienes han visto sus ahorros comprometidos en este esquema fraudulento.
El abogado Luis Antonio Bórquez, quien representa a las víctimas, ha señalado la gravedad del caso, indicando que el fraude podría superar los 100 millones de pesos. La querella solicita que se prohíba a los principales involucrados realizar trámites o vender vehículos de lujo, como un Audi A3 y un BMW, para asegurar que los fondos puedan ser recuperados en caso de una condena.
Además, se han presentado pruebas contundentes que incluyen certificados de depósitos, capturas de pantalla de intentos de retiro fallidos y publicaciones en redes sociales que evidencian la operación de la empresa. Las víctimas han expresado su preocupación por la posibilidad de que los acusados logren evadir la justicia y desaparezcan con el dinero de los inversionistas.
El exgerente de Sunflower, Jaime Mena, ha declarado que también se considera víctima del esquema, afirmando que fue engañado por los inversionistas asiáticos. Según su versión, la empresa parecía legítima, con oficinas bien establecidas y un equipo profesional. Sin embargo, su relato ha sido recibido con escepticismo por parte de las víctimas, quienes consideran que su papel en la empresa lo convierte en parte del problema.
Mena ha denunciado amenazas e intimidaciones tras el colapso de la empresa, lo que ha llevado a una mayor tensión en un caso que ya es complicado. La situación ha generado un gran revuelo en las redes sociales y ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los inversionistas ante este tipo de fraudes.
El caso de Sunflower Technology es un recordatorio de la importancia de la educación financiera y la necesidad de investigar a fondo cualquier oportunidad de inversión. La combinación de promesas de altos retornos y la falta de transparencia son señales de alerta que no deben ser ignoradas. A medida que avanza la investigación, se espera que más detalles salgan a la luz, y que las autoridades tomen las medidas necesarias para proteger a los inversionistas y llevar a los responsables ante la justicia.