En un giro inesperado de los acontecimientos, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa Brigitte han decidido llevar a los tribunales a la influencer estadounidense Candace Owens. Esta acción legal se origina en la difusión de afirmaciones infundadas por parte de Owens, quien ha afirmado en sus plataformas de redes sociales que Brigitte Macron es, en realidad, un hombre que nació como Jean-Michel Trogneux. Esta situación ha generado un gran revuelo en los medios y en las redes sociales, planteando preguntas sobre la responsabilidad de los influencers y el impacto de la desinformación en la era digital.
**El auge de Candace Owens y sus controvertidas afirmaciones**
Candace Owens, una figura prominente en el ámbito de las redes sociales, ha ganado notoriedad por sus opiniones conservadoras y su defensa de la extrema derecha. Con más de 5.6 millones de seguidores en Instagram y cerca de 7 millones en X, su influencia es innegable. Sin embargo, su reciente ataque a la figura de Brigitte Macron ha cruzado una línea que ha llevado a la pareja presidencial a actuar legalmente.
Owens ha lanzado una serie de videos titulada «Becoming Brigitte» (Convirtiéndose en Brigitte), donde sostiene que la esposa del presidente francés es en realidad un hombre que cambió de género. Esta afirmación no solo es falsa, sino que también se basa en una serie de teorías conspirativas que han sido ampliamente desacreditadas. En sus declaraciones, Owens ha insinuado que la relación entre Brigitte y Emmanuel Macron es incestuosa, sugiriendo que Brigitte es, de hecho, el padre del presidente. Además, ha afirmado que Macron llegó al poder gracias a un complot secreto de la CIA.
La demanda presentada por los Macron no solo busca reparar el daño causado por estas afirmaciones, sino que también pone de relieve la creciente preocupación por la difamación y el acoso en las redes sociales. En el documento legal, se menciona que Owens ha distorsionado la apariencia, el matrimonio y la historia personal de la pareja, creando una narrativa grotesca destinada a inflamar y degradar su imagen.
**La respuesta de los Macron y el debate sobre la libertad de expresión**
Ante la situación, Emmanuel y Brigitte Macron han expresado su frustración por la falta de respuesta de Owens a sus solicitudes previas de retractación. En un comunicado emitido por sus abogados, se indicó que habían intentado resolver el asunto de manera amistosa, pero que la negativa de la influencer a retractarse los llevó a buscar justicia a través del sistema judicial. La pareja argumenta que la difusión de estas afirmaciones no solo es dañina a nivel personal, sino que también tiene implicaciones más amplias sobre la desinformación en la esfera pública.
Por su parte, un portavoz de Candace Owens ha calificado la demanda como un intento de intimidación, argumentando que se trata de un ataque a la libertad de expresión de una periodista independiente. Este argumento ha suscitado un debate más amplio sobre los límites de la libertad de expresión en el contexto de la desinformación y la difamación. Mientras que algunos defienden el derecho de Owens a expresar sus opiniones, otros argumentan que la difusión de información falsa, especialmente sobre figuras públicas, debe ser regulada para proteger la integridad de las personas y la verdad.
La situación ha puesto de relieve la responsabilidad que tienen los influencers y las figuras públicas en la era digital. A medida que las redes sociales se convierten en plataformas cada vez más influyentes, la línea entre la opinión y la desinformación se vuelve difusa. La demanda de los Macron podría sentar un precedente importante en la lucha contra la difamación en línea y la protección de la reputación de las personas en un mundo donde la información se propaga rápidamente.
En medio de este escándalo, la figura de Brigitte Macron ha sido objeto de un intenso escrutinio. La esposa del presidente ha sido blanco de ataques no solo por su relación con Emmanuel Macron, sino también por su apariencia y su historia personal. Este caso pone de manifiesto la necesidad de un debate más amplio sobre el respeto y la dignidad en la discusión pública, especialmente en un momento en que las redes sociales pueden amplificar voces extremas y desinformación.
La demanda de los Macron contra Candace Owens es un recordatorio de que las palabras tienen poder y que la desinformación puede tener consecuencias reales. A medida que el caso avanza, será interesante observar cómo se desarrollan los acontecimientos y qué impacto tendrá en la conversación sobre la responsabilidad de los influencers y la protección de la reputación en la era digital.