La actriz Marisol Gálvez ha compartido detalles desgarradores sobre la relación distante entre su hija, Sara, y su expareja, el periodista Mauricio Israel. En una reciente aparición en el programa Primer Plano, Gálvez no solo abordó la falta de comunicación entre padre e hija, sino que también recordó momentos difíciles que marcaron su vida familiar. La sinceridad de Gálvez ha dejado al público reflexionando sobre las complejidades de las relaciones familiares y las consecuencias de la ausencia paterna.
La relación entre Sara y Mauricio Israel ha sido un tema de conversación recurrente, especialmente por el dolor que ha causado en la vida de la joven. Gálvez, con una voz cargada de emoción, explicó que la comunicación entre ellos es prácticamente inexistente. «No existe esa relación», afirmó, subrayando que su hija ha intentado mantener el contacto sin éxito. A pesar de los esfuerzos de Sara por acercarse a su padre, la respuesta ha sido mínima, lo que ha llevado a la actriz a convertirse en un intermediario en varias ocasiones. «Le he escrito varios correos, durante mucho tiempo, para ayudar en la relación entre ellos dos, pero no he tenido respuesta», comentó Gálvez, evidenciando la falta de interés de Israel en establecer un vínculo con su hija.
Gálvez también reveló que, a pesar de un acuerdo de visitas establecido por un tribunal de familia, Israel no ha cumplido con sus responsabilidades como padre. «Él puede verla cuando quiera», explicó, pero la realidad es que no ha hecho ningún esfuerzo por hacerlo. Esta situación ha dejado a Sara en una posición dolorosa, especialmente durante momentos críticos de su vida, como sus hospitalizaciones. La actriz recordó cómo su hija, en esos momentos de vulnerabilidad, solo deseaba que su padre estuviera presente. «Sara, todos los días, lo único que pedía era que llamara a su papá para que la fuera a ver. Pasaron una, dos, tres hospitalizaciones, y nunca llegó», relató Gálvez, reflejando la soledad que ambas vivieron en esos momentos difíciles.
La falta de apoyo emocional por parte de Israel ha sido un tema recurrente en la vida de Sara, quien ha buscado a su padre a pesar de la indiferencia que ha recibido. Gálvez, con un tono de desesperación, hizo un llamado a Israel para que reconozca el dolor de su hija y la busque. «Ojalá Mauricio, donde esté, escuche, por favor, que su hija lo está buscando. Que más allá de un par de lucas, de plata, lo quiere a él. Lo está buscando. Que no se pierda esa niñita preciosa», expresó conmovida.
Además de abordar la relación con su hija, Gálvez también recordó la infidelidad de Israel, que marcó el final de su relación. Durante un viaje a Tel Aviv, la actriz descubrió que su expareja mantenía una relación paralela en Chile. «Nunca debería haber partido a Israel, estuve mucho tiempo, no me podía venir. Pasaron cosas desagradables, donde también me enteré de que me ponían el gorro», confesó. La traición fue revelada a través de correos que encontró en el hotel, lo que llevó a Gálvez a enfrentar una dura realidad sobre su relación con Israel.
A pesar del dolor que le causó la infidelidad, Gálvez se vio obligada a permanecer en Israel por motivos personales, lo que complicó aún más su situación emocional. «Aun así, me tuve que quedar porque no me podía volver, por asuntos más delicados. Y cuando me enteré de esto, se quebró todo lo que había ido a buscar», concluyó, dejando claro que la traición no solo afectó su relación, sino que también tuvo un impacto duradero en su vida y en la de su hija.
Las revelaciones de Marisol Gálvez han resonado en el público, generando empatía hacia su situación y la de su hija. La falta de comunicación y el distanciamiento entre Sara y Mauricio Israel son un recordatorio de cómo las decisiones de un padre pueden afectar profundamente la vida de sus hijos. La historia de Gálvez y su hija es un llamado a la reflexión sobre la importancia de la presencia y el apoyo emocional en las relaciones familiares, así como las consecuencias que pueden surgir de la indiferencia y la falta de compromiso.
La valentía de Gálvez al compartir su historia y la de su hija es un paso hacia la sanación, no solo para ellas, sino también para aquellos que se encuentran en situaciones similares. La búsqueda de un vínculo emocional y la necesidad de ser escuchados son aspectos fundamentales en la vida de cualquier niño, y es esencial que los padres reconozcan su papel en el desarrollo emocional de sus hijos. La historia de Marisol y Sara es un recordatorio de que, más allá de las dificultades, el amor y la conexión familiar son lo que realmente importa.