El reciente aumento en el número de ejecuciones en Arabia Saudita ha generado un gran revuelo a nivel internacional. El 3 de agosto de 2025, el reino llevó a cabo la ejecución de ocho personas, en lo que se considera uno de los días más sangrientos del año en términos de pena capital. Este evento ha puesto de manifiesto la creciente preocupación sobre el uso de la pena de muerte en el país, especialmente en relación con delitos de drogas y homicidio.
### Contexto de las Ejecuciones
De acuerdo con informes, siete de los condenados eran extranjeros, específicamente cuatro somalíes y tres etíopes, quienes fueron ejecutados en Najran, una provincia en el sur del país. Se les acusó de contrabando de hachís, una droga que ha ganado popularidad entre los jóvenes saudíes, especialmente en las zonas fronterizas. El octavo ejecutado era un ciudadano saudí, condenado por el asesinato de su madre, y su ejecución tuvo lugar en la provincia de Asir, en el suroeste del reino.
El número total de ejecuciones en Arabia Saudita durante el año 2025 ha alcanzado al menos 230, según un recuento de AFP. La mayoría de estas ejecuciones están relacionadas con delitos asociados a las drogas, lo que ha llevado a organizaciones de derechos humanos a expresar su preocupación sobre la escalada de la pena capital en el país. Un informe de Amnistía Internacional, publicado en junio de 2025, destaca que entre enero de 2014 y junio de 2025, Arabia Saudita ejecutó a 1.816 personas, de las cuales una de cada tres fue condenada por delitos relacionados con drogas. Alarmantemente, el 75% de los ejecutados eran extranjeros.
### Reacciones Internacionales y Derechos Humanos
La creciente tasa de ejecuciones ha suscitado críticas de diversas organizaciones de derechos humanos, que han instado a Arabia Saudita a reconsiderar su postura sobre la pena de muerte. La Organización Europea Saudí para los Derechos Humanos (Esohr) ha advertido que el reino podría superar las 345 ejecuciones registradas en 2024, lo que representa un aumento significativo en comparación con años anteriores. Esta escalada ha sido vista como una respuesta a la presión internacional y a la creciente preocupación por el tráfico de drogas en la región.
La ONU también ha expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos en Arabia Saudita, especialmente en lo que respecta a la pena de muerte. La comunidad internacional ha instado al reino a adoptar un enfoque más humano y a considerar la abolición de la pena capital, especialmente en casos donde los condenados son extranjeros y pueden no haber recibido un juicio justo.
El uso de la pena de muerte en Arabia Saudita ha sido un tema controvertido durante años. La legislación del país permite la ejecución por una variedad de delitos, incluidos el asesinato, la violación, el robo y el tráfico de drogas. Sin embargo, muchos críticos argumentan que el sistema judicial saudí carece de transparencia y que los juicios a menudo no cumplen con los estándares internacionales de justicia.
A medida que el número de ejecuciones continúa aumentando, la presión sobre Arabia Saudita para que revise su política de pena de muerte se intensifica. Las organizaciones de derechos humanos han señalado que la pena capital no es un disuasivo efectivo contra el crimen y que, en muchos casos, puede ser utilizada de manera arbitraria y desproporcionada.
La situación en Arabia Saudita es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los derechos humanos en el mundo actual. A medida que el país continúa con su política de ejecuciones, la comunidad internacional observa de cerca, esperando que se produzcan cambios significativos en la legislación y en la aplicación de la justicia. La pena de muerte sigue siendo un tema divisivo, y el futuro de su uso en Arabia Saudita dependerá de la presión interna y externa para reformar un sistema que muchos consideran obsoleto y cruel.