La descarbonización es un tema candente en el ámbito energético y ambiental en Chile. En los últimos años, el país ha avanzado significativamente en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en el sector eléctrico. Sin embargo, la transición hacia un modelo energético más limpio no está exenta de desafíos, y uno de los principales puntos de discusión es la necesidad de centrar los esfuerzos en el transporte.
**El Cambio en el Sector Eléctrico**
Claudio Seebach, ex líder de Generadoras de Chile y actual decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Adolfo Ibáñez, ha sido un actor clave en la discusión sobre la descarbonización. Durante su gestión, se firmaron acuerdos voluntarios que establecieron un plazo hasta 2040 para la salida de las centrales a carbón del sistema eléctrico. Sin embargo, Seebach señala que el panorama ha cambiado drásticamente desde entonces. En la actualidad, el sector eléctrico ha reducido sus emisiones en un 30-40% en comparación con el sector transporte, que ahora es el principal emisor de carbono en el país.
El avance hacia energías renovables ha sido notable. En 2024, las energías renovables representaron el 65% de la matriz energética, y se espera que esta cifra supere el 70% o incluso el 80% para 2030. Esto indica que el sector eléctrico está en camino hacia una descarbonización efectiva, pero Seebach advierte que la atención debe dirigirse hacia el transporte, que aún depende en gran medida de combustibles fósiles.
**Prioridades en la Descarbonización**
La descarbonización no solo implica el cierre de las carboneras, que actualmente representan alrededor del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Chile. Seebach enfatiza que el verdadero desafío radica en la transición hacia un consumo energético más limpio en sectores como el transporte y la minería. La electrificación de los buses y otros vehículos es crucial para reducir las emisiones en estos sectores.
El gobierno ha propuesto un proyecto de ley para acelerar la descarbonización, que incluiría la creación de un comité interministerial liderado por el Ministerio de Energía. Sin embargo, Seebach es cauteloso respecto a la priorización de proyectos. Prefiere que el Estado establezca condiciones que faciliten la evaluación ambiental y la reducción de trámites burocráticos, en lugar de seleccionar proyectos de manera arbitraria.
La capacidad de desarrollar nuevos proyectos de energía renovable también es fundamental. Seebach menciona que la burocracia y la resistencia local a nuevos proyectos, conocida como ‘NIMBY’ (Not In My Back Yard), han obstaculizado el avance en la implementación de energías limpias. La falta de liderazgo del Ministerio de Energía en la promoción de proyectos ha sido evidente, y es necesario que la autoridad recupere su rol proinversión para facilitar la transición energética.
**El Futuro de la Energía en Chile**
A medida que el país avanza hacia sus metas de descarbonización, es esencial que se mantenga un enfoque equilibrado entre la reducción de emisiones y el desarrollo de una infraestructura energética robusta. La electrificación debe ser una prioridad, y esto implica aumentar el consumo de electricidad en la sociedad, dado que es la fuente de energía con menor contenido de gases de efecto invernadero.
Seebach concluye que, si se resuelven los cuellos de botella en la capacidad de generación y se facilita la integración de energías renovables en la red, las carboneras cerrarán por su propio peso. La clave está en cómo se implementan las políticas y en la colaboración entre el sector público y privado para lograr una transición energética efectiva y sostenible. La descarbonización no es solo un objetivo ambiental, sino una oportunidad para transformar el sistema energético de Chile en uno más limpio y eficiente.