El próximo lunes 29 de septiembre de 2025, se llevará a cabo el desalojo de la toma Calicheros en Quilpué, una situación que ha generado gran preocupación entre las cerca de 150 familias que habitan en el lugar. Este desalojo se produce en un contexto complejo, donde la alcaldesa Carolina Corti ha manifestado su intención de devolver el terreno a la familia del propietario original, quien fue asesinado en un trágico incidente. A continuación, exploraremos los detalles de esta situación y su impacto en la comunidad.
La toma Calicheros ha sido un punto de controversia en Quilpué, donde la ocupación de terrenos ha aumentado en los últimos años debido a la crisis habitacional que enfrenta el país. Muchas de las familias que residen en esta toma han llegado en busca de un lugar donde vivir, ante la falta de alternativas asequibles en el mercado inmobiliario. Sin embargo, la legalidad de estas ocupaciones siempre ha estado en entredicho, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas para recuperar los terrenos ocupados.
### Contexto del Desalojo
El desalojo programado para el lunes se enmarca dentro de una serie de acciones que las autoridades locales han decidido implementar para abordar el problema de las tomas en la región. La alcaldesa Corti ha señalado que es fundamental restablecer el orden y la legalidad en el uso del suelo, especialmente en casos donde hay un propietario legítimo que ha perdido su terreno.
El caso de la toma Calicheros es particularmente sensible, dado que el propietario original fue asesinado, lo que ha añadido una capa de complejidad emocional a la situación. La familia del dueño ha estado esperando la recuperación de su propiedad, y el desalojo representa un paso hacia la resolución de este conflicto. Sin embargo, esto no viene sin sus desafíos, ya que las familias que han construido sus vidas en este terreno se enfrentan a la incertidumbre de no saber a dónde ir.
### Reacciones de la Comunidad
La reacción de la comunidad ante el inminente desalojo ha sido mixta. Por un lado, hay quienes apoyan la decisión de las autoridades, argumentando que es necesario restablecer la propiedad privada y garantizar que los terrenos sean utilizados de manera adecuada. Por otro lado, hay un fuerte sentimiento de empatía hacia las familias que se verán afectadas, muchas de las cuales han estado viviendo en la toma durante años y han hecho de este lugar su hogar.
Organizaciones de derechos humanos y grupos de apoyo a la vivienda han expresado su preocupación por el bienestar de las familias que serán desalojadas. Han solicitado a las autoridades que se tomen medidas para garantizar que estas personas no queden en la calle y que se les brinde asistencia para encontrar soluciones habitacionales adecuadas. La falta de alternativas de vivienda asequibles en Quilpué y en otras partes de la región ha sido un tema recurrente en el debate sobre las tomas y los desalojos.
### Implicaciones a Largo Plazo
El desalojo de la toma Calicheros podría sentar un precedente para futuras acciones similares en la región. Las autoridades han dejado claro que están dispuestas a actuar en casos donde se ocupen terrenos de manera ilegal, pero también han reconocido la necesidad de abordar la crisis habitacional de manera más integral. Esto incluye la creación de más viviendas asequibles y el desarrollo de políticas que permitan a las familias acceder a un hogar digno sin recurrir a la ocupación de terrenos.
El desafío radica en encontrar un equilibrio entre el respeto a la propiedad privada y el derecho a la vivienda. La situación en Quilpué es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas ciudades en Chile, donde la demanda de vivienda supera con creces la oferta. Las autoridades locales, junto con el gobierno central, deberán trabajar en conjunto para desarrollar soluciones sostenibles que aborden las necesidades de todos los ciudadanos.
### La Voz de los Afectados
Es fundamental escuchar las voces de aquellos que se verán directamente afectados por el desalojo. Muchas de las familias en la toma Calicheros han compartido sus historias, describiendo cómo han luchado por encontrar un lugar donde vivir y cómo han hecho de este terreno su hogar. Para ellos, el desalojo no solo significa perder un lugar físico, sino también la comunidad que han construido a lo largo de los años.
Algunas familias han expresado su deseo de ser reubicadas en viviendas adecuadas, mientras que otras han manifestado su intención de resistir el desalojo, buscando apoyo legal y comunitario para permanecer en el lugar. Esta situación pone de relieve la necesidad de un diálogo abierto entre las autoridades y las comunidades afectadas, para encontrar soluciones que sean justas y equitativas.
### La Respuesta del Gobierno
El gobierno ha indicado que está dispuesto a trabajar en conjunto con las familias afectadas para encontrar soluciones habitacionales. Sin embargo, la implementación de estas soluciones es un proceso que requiere tiempo y recursos. La alcaldesa Corti ha enfatizado la importancia de actuar con responsabilidad y sensibilidad, reconociendo que detrás de cada número hay una familia con sueños y necesidades.
El desalojo de la toma Calicheros en Quilpué es un tema que seguirá generando debate en los próximos días. A medida que se acerque la fecha del desalojo, es probable que surjan más protestas y manifestaciones en apoyo a las familias que se verán afectadas. La situación es un recordatorio de la complejidad de la crisis habitacional en Chile y de la necesidad urgente de abordar este problema de manera integral y humana.