La invasión militar de Rusia a Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022, ha dejado una huella profunda no solo en el territorio ucraniano, sino también en los soldados rusos que han participado en el conflicto. A medida que los efectivos regresan a su país, se enfrentan a una serie de desafíos que van más allá de las heridas físicas. Las condiciones de salud mental de estos veteranos son alarmantes, y la falta de apoyo adecuado agrava la situación.
### La Realidad de los Veteranos Rusos
Desde el inicio de la guerra, se estima que cientos de miles de soldados rusos han sido desplegados en el frente. Aunque el Kremlin no ha proporcionado cifras exactas, se sabe que muchos de estos soldados son tanto profesionales como criminales convictos que fueron reclutados bajo la promesa de indulto. Esta estrategia, implementada por el gobierno ruso, ha llevado a una mezcla de individuos con diferentes experiencias y antecedentes, lo que complica aún más su reintegración a la sociedad.
Los soldados que regresan a casa a menudo traen consigo no solo el trauma de la guerra, sino también problemas de salud mental como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Según informes de expertos, entre el 3% y el 11% de los soldados desplegados podrían sufrir de TEPT, y esta cifra aumenta significativamente en aquellos que han sufrido lesiones graves. Sin embargo, la resistencia a buscar ayuda es un obstáculo importante. Muchos soldados creen que sus experiencias son incomprensibles para quienes no han estado en combate, lo que les lleva a evitar la terapia.
La psicóloga Tatyana, que trabaja con veteranos, ha señalado que los soldados a menudo enfrentan un «conflicto interno». Se sienten divididos entre la persona que eran antes de la guerra y la que se han convertido tras vivir experiencias traumáticas. Este conflicto puede manifestarse en comportamientos agresivos y dificultades para reintegrarse a la vida civil. De hecho, un informe del Instituto Jurídico de los Urales ha documentado un aumento en los delitos violentos en Rusia desde el inicio del conflicto, lo que sugiere que el trauma de la guerra está teniendo un impacto significativo en la sociedad.
### La Resistencia a la Terapia y el Apoyo Insuficiente
A pesar de los esfuerzos del gobierno ruso por establecer centros de atención médica y psicológica, la realidad es que muchos de estos lugares carecen de recursos y personal capacitado. Desde que comenzó la guerra, se han creado alrededor de 2.700 oficinas de orientación médica, pero los profesionales de la salud mental han expresado que no son suficientes para atender la creciente demanda. La falta de personal y la escasez de espacios adecuados son problemas persistentes que limitan la efectividad de estos programas.
Además, la presión social y el miedo a represalias legales por expresar opiniones críticas sobre la guerra dificultan aún más la búsqueda de ayuda. Muchos soldados temen que compartir sus experiencias o sentimientos pueda tener consecuencias negativas, lo que refuerza su resistencia a participar en terapia. La psicóloga Yana ha comentado que este miedo a hablar libremente afecta tanto a los pacientes como a los terapeutas, creando un ambiente de desconfianza y silencio.
La situación se complica aún más por el consumo de alcohol entre los veteranos, que a menudo se convierte en un mecanismo de afrontamiento para lidiar con el trauma. El principal hospital psiquiátrico de Rusia ha reportado que el 10% de los casos tratados por problemas de adicción son militares. Sin embargo, el tiempo de internación es limitado y, en muchos casos, se considera más un tratamiento paliativo que una solución efectiva a largo plazo.
A pesar de la falta de recursos, algunos veteranos han encontrado beneficios en la terapia. Aquellos que se comprometen a asistir a sesiones regulares a menudo reportan mejoras significativas en su salud mental. Sin embargo, la implementación de un programa de terapia obligatoria, que fue sugerido por el presidente Putin, aún no se ha materializado, dejando a muchos veteranos sin el apoyo que necesitan.
La guerra en Ucrania ha dejado una marca indeleble en los soldados rusos, quienes enfrentan una lucha interna tanto en el campo de batalla como en su regreso a la vida civil. La falta de apoyo adecuado y la resistencia a buscar ayuda son desafíos que requieren atención urgente. A medida que la guerra continúa, es fundamental que se tomen medidas efectivas para abordar las necesidades de salud mental de estos veteranos, no solo por su bienestar, sino también por el impacto que su sufrimiento puede tener en la sociedad en su conjunto.