La lectura es una habilidad fundamental en el desarrollo educativo de los niños, pero un reciente estudio ha revelado que un alarmante 88% de los estudiantes chilenos entre 2° y 6° básico enfrenta dificultades en esta área. Este análisis, realizado por investigadoras del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, ha identificado cuatro perfiles de lectores que reflejan la complejidad de la comprensión lectora en el país. A continuación, se explorarán los diferentes tipos de lectores y la desconexión entre la motivación hacia la lectura y el rendimiento real.
**Perfiles de Lectores: Un Mosaico de Dificultades**
El estudio, que evaluó a 120 estudiantes mediante pruebas estandarizadas de comprensión lectora, decodificación de palabras y un cuestionario sobre motivación lectora, ha permitido clasificar a los escolares en cuatro perfiles distintos. Estos son:
1. **Dificultades de decodificación (42%)**: Este grupo incluye a niños y niñas que presentan problemas para leer palabras, aunque comprenden bien cuando escuchan.
2. **Dificultades generales (28%)**: Estudiantes que obtienen bajos resultados en todas las áreas evaluadas, lo que indica una falta de habilidades básicas de lectura.
3. **Dificultades de comprensión (18%)**: Estos niños logran leer palabras, pero no comprenden adecuadamente los textos escritos ni orales.
4. **Buenos lectores (12%)**: Este grupo se destaca por su rendimiento en todas las pruebas, mostrando una buena comprensión y decodificación.
Las investigadoras, Elvira Jéldrez y Macarena Silva, han señalado que los resultados son preocupantes, ya que el porcentaje de niños con dificultades es mayor al esperado. Silva destaca que incluso en 6° básico hay niños que aún enfrentan problemas de decodificación, lo que sugiere que las dificultades en la lectura no se limitan a los primeros años de escolaridad.
**La Motivación y su Impacto en el Rendimiento Lector**
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es la relación entre la motivación hacia la lectura y el rendimiento lector. Los estudiantes que presentaron dificultades generales, a pesar de sus bajos resultados, fueron quienes más valoraron la lectura. Sin embargo, la percibieron como una actividad difícil y poco entretenida. En contraste, los buenos lectores, aunque experimentaron menos dificultades, tendieron a otorgar menos valor a la lectura.
Este contraste es revelador y plantea preguntas sobre cómo se percibe la lectura en el contexto escolar. Silva sugiere que los niños con dificultades pueden ser más conscientes del valor de la lectura, pero al mismo tiempo la consideran una tarea ardua que requiere mucho esfuerzo. Por otro lado, los buenos lectores, al no experimentar la misma dificultad, pueden no apreciar la lectura como una actividad valiosa.
**Estrategias para Fomentar la Lectura**
Ante estos desafíos, es crucial implementar estrategias que fomenten la lectura en los escolares. Jéldrez enfatiza la importancia de trabajar la lectura de manera explícita, reforzando positivamente los esfuerzos de los niños y niñas. Esto implica considerar sus intereses y ofrecer actividades lectoras que sean accesibles y que les permitan mejorar su percepción de logro.
La comprensión lectora debe ser vista como una actividad motivada, que requiere esfuerzo y dedicación. Por lo tanto, es fundamental educar a los estudiantes para que se conviertan en lectores motivados, que valoren la importancia de la lectura y se sientan capaces de completar las actividades relacionadas.
El estudio también sugiere que la educación debe ir más allá de la simple enseñanza de habilidades de lectura. Es necesario cultivar un ambiente donde los estudiantes se sientan apoyados y motivados para leer. Esto puede incluir la integración de libros que se alineen con sus intereses, así como la creación de espacios de lectura atractivos y dinámicos en las escuelas.
En resumen, la situación actual de la lectura en los escolares chilenos es un llamado a la acción para educadores, padres y responsables de políticas educativas. Con un enfoque adecuado, es posible transformar la percepción de la lectura y ayudar a los estudiantes a superar sus dificultades, fomentando así una cultura de lectura que beneficie a las futuras generaciones.