La situación en Gaza se ha vuelto cada vez más crítica, especialmente para los más vulnerables, como los niños. Recientemente, se reportó que al menos 25 personas, entre ellas 15 que buscaban ayuda humanitaria, fueron asesinadas por las fuerzas israelíes en un punto de distribución de alimentos. Este trágico evento ocurrió el 22 de mayo de 2025, cuando miles de palestinos se agolpaban en la espera de recibir asistencia en un corredor conocido como Netzarim, en el centro de la Franja de Gaza. La Defensa Civil de Gaza, a través de su portavoz Mohamad al Mughayyir, confirmó que el ataque dejó además a 60 personas heridas, lo que subraya la desesperada situación en la que se encuentran los habitantes de esta región.
La desesperación de los palestinos se hace evidente cuando se observa cómo se agrupan en la noche, esperando que al amanecer se abran los centros de distribución de ayuda. Basam Abu Shaar, un desplazado palestino, relató cómo la situación se tornó caótica cuando comenzaron los disparos. «Alrededor de la 1 de la madrugada, empezaron a dispararnos. Los disparos provenientes de tanques, aviones y bombas lanzadas por drones se intensificaron», afirmó. Esta experiencia desgarradora refleja la realidad de muchos que intentan acceder a lo más básico: alimentos y medicinas.
La ONU ha advertido que Gaza enfrenta una amenaza inminente de hambruna, exacerbada por el bloqueo humanitario impuesto por Israel desde marzo. Este bloqueo ha resultado en severas carencias de alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales. A pesar de que la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel, comenzó a distribuir ayuda a finales de mayo, las escenas de caos y violencia en torno a estos centros de distribución han sido frecuentes. Las multitudes que esperan recibir asistencia se convierten en blanco de ataques, lo que ha llevado a un aumento en el número de víctimas.
La situación se complica aún más con los bombardeos continuos. En el mismo día del ataque en Netzarim, se reportaron tres muertes adicionales en bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza y en el campamento de refugiados de Al Shati. La Defensa Civil ha estado trabajando arduamente para atender a los heridos y trasladar a las víctimas a hospitales, pero la capacidad de respuesta se ve limitada por la situación de guerra y el acceso restringido a los recursos.
### La Respuesta Internacional y la Realidad en el Terreno
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la crisis humanitaria en Gaza, pero las acciones concretas para mitigar el sufrimiento de la población parecen escasas. Las restricciones impuestas por Israel a los medios de comunicación en Gaza dificultan la verificación independiente de los informes sobre las víctimas y la situación en el terreno. Esto plantea un desafío adicional para las organizaciones humanitarias que intentan proporcionar asistencia en medio de un conflicto en curso.
La GHF ha sido criticada por la falta de transparencia en su financiación y en la distribución de ayuda. Las escenas caóticas en los puntos de distribución, donde miles de personas se agolpan con la esperanza de recibir alimentos, son un reflejo de la desesperación y la falta de planificación adecuada para atender a una población que sufre las consecuencias de un conflicto prolongado. La comunidad internacional debe abordar no solo la crisis humanitaria, sino también las causas subyacentes del conflicto que perpetúan esta situación.
Mientras tanto, los testimonios de los sobrevivientes continúan llegando, revelando la magnitud del sufrimiento. Muchos palestinos se sienten atrapados en un ciclo de violencia y desesperación, donde cada intento de acceder a ayuda humanitaria puede resultar fatal. La historia de Basam Abu Shaar es solo una de muchas que ilustran la lucha diaria de los habitantes de Gaza por sobrevivir en medio de un conflicto que parece no tener fin.
La situación en Gaza es un recordatorio de la necesidad urgente de una solución pacífica y sostenible que aborde las preocupaciones de ambas partes en el conflicto. Sin un compromiso real hacia la paz y la estabilidad, la crisis humanitaria solo se intensificará, dejando a millones de personas en una situación de vulnerabilidad extrema. La comunidad internacional tiene la responsabilidad de actuar y garantizar que la ayuda humanitaria llegue a quienes más la necesitan, sin que esto implique poner en riesgo sus vidas.
