Las autoridades de la Franja de Gaza han reportado un alarmante aumento en el número de niños que han muerto por desnutrición, elevando la cifra a cerca de 70 desde el inicio de la ofensiva militar israelí el 7 de octubre de 2023. Este conflicto ha desencadenado una crisis humanitaria sin precedentes, donde más de 600 pacientes han fallecido debido a la escasez de alimentos y medicinas. La situación se ha vuelto crítica, y las autoridades gazatíes han denunciado el completo bloqueo israelí y la falta de intervención internacional para mitigar este desastre.
La oficina de prensa de Gaza ha emitido un comunicado a través de su cuenta de Telegram, donde se detalla que el número de niños fallecidos por desnutrición ha alcanzado los 69, mientras que la cifra total de muertes por la falta de alimentos y medicinas asciende a 620. Este contexto ha llevado a las autoridades a condenar enérgicamente lo que consideran un crimen de guerra, responsabilizando a Israel y a los países que, a su juicio, han contribuido a esta situación a través de su silencio o apoyo.
La crisis no solo afecta a los niños, sino que también se ha reportado un número sin precedentes de ciudadanos de todas las edades que llegan a los servicios de urgencias en estado de agotamiento extremo. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha advertido que cientos de personas con cuerpos demacrados están en riesgo de muerte inminente debido a la inanición. Las organizaciones de la sociedad civil en Gaza han señalado que los residentes están enfrentando la peor hambruna en la historia reciente, con la posibilidad de que se produzcan escenas de muerte masiva entre los grupos más vulnerables, como niños, enfermos, mujeres y ancianos.
La situación se complica aún más con los ataques a la infraestructura de ayuda humanitaria. Las autoridades han denunciado que las fuerzas israelíes han atacado 42 bancos de alimentos, 57 puntos de distribución de ayuda y 121 convoyes humanitarios. Además, se ha reportado que 877 palestinos han muerto por disparos israelíes mientras intentaban obtener alimentos en el último mes y medio. Esta violencia ha exacerbado la crisis alimentaria y ha hecho que la ayuda humanitaria sea prácticamente inalcanzable para quienes más la necesitan.
Las organizaciones internacionales han sido instadas a visitar los cruces fronterizos de Gaza para inspeccionar la ayuda humanitaria que se ha acumulado y que está siendo destruida debido a la negativa de Israel a permitir su entrada. Las autoridades gazatíes han responsabilizado a la Unión Europea por las repercusiones de sus posturas recientes, que han incluido tácticas de encubrimiento y desinformación sobre la situación en Gaza.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado que los niveles de desnutrición aguda entre la población palestina están alcanzando máximos históricos en sus centros de atención, lo que refleja la gravedad de la crisis humanitaria. La ofensiva militar israelí, que se lanzó en respuesta a los ataques del 7 de octubre, ha dejado hasta la fecha más de 58,600 palestinos muertos, según las autoridades de Gaza, aunque se teme que la cifra real sea aún mayor.
La comunidad internacional se enfrenta a un dilema moral y ético en este contexto. La falta de acción efectiva para detener el sufrimiento de los civiles en Gaza ha llevado a un creciente clamor por parte de organizaciones humanitarias y activistas que piden una intervención inmediata. La situación actual no solo es un desafío humanitario, sino que también plantea preguntas sobre la responsabilidad de los actores internacionales en la protección de los derechos humanos y la vida de los civiles en zonas de conflicto.
La crisis en Gaza es un recordatorio desgarrador de las consecuencias devastadoras de la guerra y el conflicto. La desnutrición infantil y la falta de acceso a atención médica son solo algunos de los efectos colaterales de una situación que parece no tener fin. A medida que la comunidad internacional observa, la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva se vuelve cada vez más urgente. La vida de miles de personas, especialmente de los más vulnerables, depende de la acción que se tome en los próximos días y semanas.