El Alto, una de las ciudades más emblemáticas de Bolivia, se ha convertido en un reflejo de la crisis económica que atraviesa el país. A más de 4.100 metros de altitud, sus calles se llenan de comerciantes y compradores que, a pesar de la adversidad, continúan buscando productos en un mercado que parece no detenerse. Sin embargo, el ambiente es tenso; muchos ciudadanos cuentan cada moneda, y la situación económica se ha vuelto insostenible. La inflación interanual alcanzó un alarmante 23,3% en septiembre, marcando un cambio drástico en la economía boliviana, que hasta hace poco se enorgullecía de tener una de las tasas de inflación más bajas de América Latina.
La crisis ha tenido profundas repercusiones políticas, poniendo fin a dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido fundado por el expresidente Evo Morales. La pérdida de poder del MAS ha dejado a la izquierda en una posición precaria, con una representación parlamentaria que se verá reducida en los próximos meses. Este cambio ha generado un sentimiento de desencanto palpable entre los ciudadanos, especialmente en El Alto, que alguna vez fue un bastión del MAS. Zulema Ríos, una comerciante local, expresa su frustración: «El MAS nos ha dejado hundidos, gracias a ellos estamos como estamos». Su historia es solo una de muchas que ilustran el impacto de la crisis en la vida cotidiana de los bolivianos.
La devaluación del boliviano ha contribuido a la pérdida de poder adquisitivo, que ha superado el 50% en el último año. Zulema y su esposo, Alberto Molina, han tenido que cerrar su microempresa de confección de ropa debido a la imposibilidad de pagar los insumos. «Comer carne es un lujo», dice Zulema, quien ahora se dedica a la compraventa de cualquier cosa que pueda encontrar. La situación es tan crítica que muchos, como ella, han cambiado sus hábitos alimenticios y se ven obligados a buscar alternativas para sobrevivir.
**Desafíos en el Horizonte: Las Elecciones y el Futuro Político**
El próximo domingo, Bolivia se prepara para una segunda vuelta electoral entre el senador centrista Rodrigo Paz y el expresidente conservador Jorge «Tuto» Quiroga. Paz, quien ganó la primera vuelta con un 32% de los votos, se enfrenta a Quiroga, que lidera las encuestas más recientes. Ambos candidatos han prometido liberalizar la economía, pero la incertidumbre persiste entre los votantes. Alberto, el esposo de Zulema, resume el sentimiento general: «Nosotros siempre hemos vivido con promesas de los políticos. Ojalá cambien las cosas, pero no creo, porque todo eso tarda».
La figura de Evo Morales sigue siendo un tema candente en la política boliviana. Aunque la Corte Constitucional inhabilitó su candidatura, Morales continúa influyendo en el panorama político. Su llamado al voto nulo en la primera vuelta logró captar un 19% de los sufragios, lo que él considera una victoria. Sin embargo, su legado es objeto de debate. Muchos ciudadanos, como Isela Rosales, una profesora que busca ahorrar en el mercado, sienten que la estabilidad que alguna vez disfrutaron ha desaparecido. «Hemos estado estables por muchos años para al final llegar a vivir esto. Entonces, al final, ¿qué hemos ganado? No hemos ganado nada. Estamos peor que hace 15 años», dice con desánimo.
**La Escasez de Combustible y sus Consecuencias**
Uno de los efectos más visibles de la crisis es la escasez de combustible, que ha llevado a largas filas de vehículos en las estaciones de servicio. La falta de dólares ha provocado un desabastecimiento que afecta a todos los sectores de la economía. Gregorio Quispe, un taxista que ha pasado horas en la fila, expresa su frustración: «Estamos totalmente fregados. Uno tira al agua media jornada de trabajo y tiene que echar 18 horas para llevar comida a la cocina». La situación es insostenible, y muchos, como Edgar Santana, un camionero, han tenido que dormir en sus vehículos mientras esperan por diésel.
La crisis no solo afecta a los transportistas, sino también a los comerciantes. Apasa Quispe, una vendedora de jugo de naranja, se queja de que sus ventas han disminuido debido a los altos precios. «A mí me afecta mucho. No hay venta», dice, mientras intenta ofrecer descuentos para atraer a los clientes. La realidad es que, a pesar de los esfuerzos, muchos consumidores no pueden permitirse comprar productos básicos.
Christian Flores, dueño de una tienda de especias, ha tenido que aumentar sus precios debido a los costos más altos de los proveedores. «Estamos acopiando productos. Es mejor comprar ahora, porque en dos meses todo estará más caro», afirma, reflejando la incertidumbre que reina en el mercado.
La falta de confianza en los candidatos y el gobierno saliente es palpable en El Alto. A pesar de que muchos rechazan al MAS, pocos creen en las promesas de cambio de los nuevos candidatos. La crisis económica ha dejado una huella profunda en la sociedad boliviana, y la posibilidad de una recuperación rápida parece lejana. La previsión del Banco Mundial sugiere que Bolivia podría estar en recesión hasta 2027, lo que podría llevar a un aumento de la conflictividad social. En este contexto, la figura de Evo Morales y su capacidad de movilización podrían volver a ser relevantes en el futuro cercano.