La Universidad de Antofagasta (UA) se encuentra en el centro de una polémica debido a sus recientes gastos en publicidad, que superan los $20 millones, en medio de una severa crisis financiera. Este gasto ha sido objeto de críticas, especialmente por la elección de medios de comunicación vinculados al holding El Mercurio, el mismo grupo que ha estado en el ojo del huracán por el Caso CMDS. La situación plantea interrogantes sobre la gestión de recursos en una institución que enfrenta recortes y despidos masivos.
**Gastos en Publicidad y Contratos Cuestionables**
En un contexto donde la UA ha reportado un déficit operativo proyectado de $8.279 millones para el año 2025, la decisión de destinar más de $20 millones a publicidad ha generado un fuerte rechazo entre la comunidad académica y la opinión pública. La universidad ha reconocido, a través de solicitudes de transparencia, que no cuenta con medidas para cumplir con la ley que exige que al menos el 40% del gasto en avisaje se destine a medios de comunicación regionales.
Los contratos de publicidad incluyen pagos significativos a El Mercurio de Antofagasta, con cifras que van desde $1.666.000 por publicaciones institucionales hasta $2.379.997 por comunicados de prensa en diversos medios. Estos gastos han sido catalogados como ejemplos de licitaciones dirigidas, donde se favorece a un medio específico, limitando la competencia y la posibilidad de que otros medios regionales ofrezcan mejores condiciones.
Además, la universidad ha licitado $10 millones para un sistema de monitoreo de medios, lo que ha suscitado dudas sobre la necesidad de tales gastos en un momento en que se están realizando despidos y recortes en otras áreas. La licitación, que aún está en evaluación, ha generado inquietud por el alto presupuesto asignado, especialmente considerando la situación económica de la institución.
**Contexto de Crisis y Medidas de Austeridad**
La crisis financiera que atraviesa la Universidad de Antofagasta no es un fenómeno aislado. La Superintendencia de Educación Superior ha impuesto medidas para reducir gastos, lo que ha llevado a la universidad a implementar despidos masivos de académicos y a recortar beneficios para directivos. En este contexto, los gastos en publicidad parecen ser una contradicción a las políticas de austeridad que se están aplicando.
La situación se agrava al considerar que la universidad ha reconocido no tener un plan para cumplir con la ley que exige destinar un porcentaje de su presupuesto a medios locales. Esto no solo pone en entredicho la transparencia de la gestión de recursos, sino que también plantea serias dudas sobre la responsabilidad institucional en el uso de fondos públicos.
La comunidad universitaria ha expresado su preocupación por la falta de claridad en la toma de decisiones y la aparente falta de consideración hacia las necesidades de los estudiantes y el personal académico. En un momento en que la universidad debería centrarse en mejorar su situación financiera y académica, los gastos en publicidad parecen desviar la atención de los problemas más urgentes que enfrenta la institución.
La Universidad de Antofagasta, al ser una de las principales instituciones de educación superior en la región, tiene la responsabilidad de actuar con transparencia y responsabilidad en la gestión de sus recursos. La comunidad espera que se tomen medidas efectivas para garantizar que los fondos se utilicen de manera adecuada y que se prioricen las necesidades de los estudiantes y el personal académico por encima de los gastos en publicidad.
La situación actual plantea un desafío significativo para la universidad, que debe encontrar un equilibrio entre la necesidad de visibilidad y la responsabilidad fiscal. La comunidad universitaria y la opinión pública estarán atentas a cómo se desarrollan los acontecimientos y si se implementan cambios significativos en la gestión de recursos en el futuro.