En el primer semestre de 2025, la Región de Antofagasta ha sido testigo de un alarmante aumento en el robo de cables, un delito que ha crecido de manera exponencial en comparación con el año anterior. Según datos proporcionados por la empresa CGE, se han registrado más de 22 mil metros de cable robado, lo que representa un incremento del 300% en relación a los robos ocurridos en el mismo periodo de 2024. Este fenómeno no solo afecta a la infraestructura eléctrica, sino que también tiene graves repercusiones en el suministro de energía para miles de hogares y negocios en la región.
### Impacto del Robo de Cables en el Suministro Eléctrico
El robo de cables ha tenido un impacto significativo en la calidad y continuidad del servicio eléctrico en Antofagasta. Durante los primeros seis meses de este año, más de 445 mil clientes de CGE han experimentado interrupciones en su suministro debido a estos delitos. La cantidad de cable robado asciende a 209.112 metros, lo que equivale a la distancia entre Santiago y la comuna de Molina en la región del Maule. Este aumento en los robos ha llevado a la empresa a incurrir en costos de reparación y reposición que superan los 4.000 millones de pesos.
Daniel Fredes, subdirector de Operaciones de CGE, ha señalado que el robo de cables se ha convertido en un delito de alto impacto público. Las bandas delictuales involucradas en estos robos cuentan con un modus operandi bien desarrollado y se mueven entre diferentes regiones, buscando causar el mayor daño posible. Este tipo de delitos no solo afecta a la infraestructura, sino que también pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos, ya que los cables robados pueden estar energizados y representar un peligro para quienes se acerquen a ellos.
### Bandas del Crimen Organizado y su Modus Operandi
El aumento en el robo de cables en la Región de Antofagasta ha sido atribuido a la acción de bandas del crimen organizado. Estas organizaciones criminales están bien equipadas y cuentan con personal técnico especializado, lo que les permite llevar a cabo sus actividades delictivas de manera más efectiva. En el primer semestre de 2025, las regiones más afectadas por este delito, además de Antofagasta, incluyen Coquimbo, Biobío, Maule y Tarapacá.
La situación es preocupante, ya que el robo de cables no solo afecta a la empresa distribuidora de energía, sino que también tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos. Las interrupciones en el suministro eléctrico pueden afectar a hospitales, escuelas y negocios, generando pérdidas económicas y poniendo en riesgo la salud y seguridad de las personas.
La Policía de Investigaciones (PDI) y el Ministerio Público han intensificado sus esfuerzos para combatir este tipo de delitos. A finales de junio, se incautaron más de 7.000 kilos de cobre robado en instalaciones de CGE en la región Metropolitana, lo que demuestra la magnitud del problema y la necesidad de una respuesta coordinada entre las autoridades y la empresa.
CGE ha hecho un llamado a la comunidad para que tome precauciones y evite acercarse a cables o conductores dañados, ya que podrían estar energizados y representar un peligro. Además, la empresa ha habilitado canales de comunicación para que los ciudadanos puedan reportar cualquier actividad sospechosa relacionada con el robo de cables.
La situación en la Región de Antofagasta es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas otras regiones del país. La creciente ola de robos de cables es un desafío que requiere la atención urgente de las autoridades y la colaboración de la comunidad para prevenir futuros incidentes y garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.
