La enfermedad de Alzheimer, aunque a menudo se asocia con el envejecimiento, puede comenzar mucho antes de lo que se piensa. En Chile, representa entre el 60% y el 80% de los casos de demencia, y se estima que para el año 2050 más de 500 mil personas podrían verse afectadas. Esta alarmante proyección ha llevado a especialistas a enfatizar la importancia de reconocer los síntomas iniciales y adoptar medidas preventivas. En el marco del Día Mundial del Alzheimer, celebrado el 21 de septiembre, se hace un llamado a la educación sobre esta enfermedad neurodegenerativa y su detección precoz.
El doctor Juan Carlos Molina, jefe de Geriatría de Clínica MEDS, destaca que más del 50% de las demencias son Alzheimer o posibles Alzheimer. Es crucial que la población comprenda que no todas las demencias están relacionadas con la edad, ya que existen varios tipos de demencias que pueden afectar a personas más jóvenes. Reconocer los síntomas es el primer paso hacia un diagnóstico temprano. Los primeros indicios de Alzheimer pueden incluir dificultades en la atención, el juicio y el razonamiento. Por ejemplo, olvidar dónde se han dejado los objetos puede ser un signo de alerta, así como la incapacidad para recordar eventos o compromisos importantes.
Los síntomas iniciales pueden ser sutiles, como olvidar fechas importantes o pasar por alto pagos habituales. Aunque estos comportamientos pueden parecer inofensivos, con el tiempo tienden a intensificarse, lo que puede llevar a la persona a buscar atención médica. El doctor Molina señala que es común que las personas olviden citas o eventos significativos, y que estas quejas de memoria suelen ser el motivo por el cual se busca ayuda profesional. Un diagnóstico temprano puede ser crucial para el manejo de la enfermedad.
Además de los síntomas cognitivos, es importante considerar otros problemas que pueden estar relacionados con la pérdida de memoria. El estrés, por ejemplo, puede causar problemas cognitivos que se confunden con demencia. Por ello, los especialistas suelen aplicar pruebas para descartar trastornos del ánimo, ya que a veces lo que se denomina «falsa demencia depresiva» puede ser la causa de los problemas de memoria. En este sentido, el componente hereditario no es tan determinante como se suele pensar. Según el doctor Molina, solo un 15% de los casos de Alzheimer tienen un vínculo familiar directo, lo que significa que el 85% de las personas no están predestinadas a desarrollar la enfermedad solo por tener antecedentes familiares.
Los factores de riesgo para desarrollar Alzheimer son variados. Entre ellos, se destacan los traumatismos craneales repetidos y un bajo nivel educativo. Investigaciones han demostrado que a menor nivel educacional, mayor es la probabilidad de desarrollar demencia. Además, la falta de contacto social también contribuye al riesgo, por lo que es fundamental mantener activas las redes sociales y pertenecer a grupos. Cuidar la salud cardiovascular es otro aspecto clave en la prevención. Controlar enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el colesterol, así como evitar el sedentarismo y no fumar, son medidas eficaces para reducir el riesgo de Alzheimer. El doctor Molina sugiere que caminar al menos 8,000 pasos diarios puede disminuir el riesgo de esta enfermedad en un 50%.
El impacto emocional y psicológico del Alzheimer no solo afecta a quienes padecen la enfermedad, sino también a sus familias. A medida que la enfermedad avanza, puede haber una pérdida de la constitución de la personalidad, lo que representa un duelo no consumado para los cuidadores. Estos cuidadores son fundamentales en el manejo de la enfermedad, y su bienestar también debe ser una prioridad. Por lo tanto, es esencial desarrollar un enfoque de contención hacia ellos, brindando apoyo y recursos para facilitar su labor.
En cuanto al tratamiento del Alzheimer, es importante destacar que los tratamientos farmacológicos disponibles no curan la enfermedad, sino que son paliativos. Por ello, el enfoque debe ser integral, considerando tanto el cuidado del paciente como el apoyo a quienes los cuidan. La educación sobre la enfermedad, la detección temprana de los síntomas y la adopción de un estilo de vida saludable son pasos fundamentales para enfrentar el Alzheimer y mitigar su impacto en la sociedad chilena.