En un contexto político marcado por la polarización, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, ha planteado la importancia de la transversalidad en la gestión gubernamental. Durante una reciente entrevista, Cataldo se refirió al anuncio de la candidata presidencial Jeannette Jara, quien ha manifestado su intención de renunciar o suspender su militancia en el Partido Comunista (PC) si es elegida presidenta. Esta declaración ha generado un amplio debate sobre la identidad política y la capacidad de los líderes para gobernar más allá de las fronteras de sus partidos.
### La Renuncia al Partido Comunista: Un Paso Hacia la Inclusión
La propuesta de Jara de alejarse de su militancia en el PC ha sido interpretada por Cataldo como una señal de apertura y de búsqueda de un gobierno más inclusivo. Según el ministro, esta decisión no solo es legítima, sino que también refleja un deseo de gobernar con una visión más amplia que trascienda las limitaciones de un solo partido. En sus palabras, «no sería un gobierno de un partido, sino que es un gobierno de una coalición, mucho más amplia que sólo un partido y su visión político ideológica».
Cataldo recordó que esta no es la primera vez que un candidato presidencial toma una decisión similar. Citó el caso del expresidente Sebastián Piñera, quien también se distanció de su militancia en Renovación Nacional (RN) durante su mandato. Esta práctica, según el ministro, es un paso necesario para construir un gobierno que represente a una diversidad de sectores y opiniones.
El ministro también abordó las preocupaciones que existen en la sociedad chilena respecto a la militancia comunista. Afirmó que hay un «anticomunismo heredado de épocas oscuras» en el país, lo que ha llevado a que algunos militantes enfrenten obstáculos en su carrera política. Cataldo, quien es militante del PC, compartió su experiencia personal, señalando que ha sido objeto de críticas y descalificaciones por su afiliación política, lo que evidencia la persistencia de prejuicios en el ámbito político.
### La Identidad Política y la Gestión Gubernamental
La discusión sobre la renuncia de Jara al PC también plantea interrogantes sobre la identidad política de los candidatos y su capacidad para gobernar de manera efectiva. Cataldo enfatizó que, independientemente de la militancia de un candidato, su esencia y su ethos permanecen intactos. Por ejemplo, mencionó que figuras como José Antonio Kast y Evelyn Matthei, a pesar de renunciar a sus respectivos partidos, seguirán siendo identificados con sus orígenes políticos.
Este fenómeno resalta la complejidad de la política chilena actual, donde los ciudadanos buscan líderes que puedan trascender las divisiones partidistas y ofrecer soluciones integrales a los problemas del país. La transversalidad, según Cataldo, no solo es un ideal político, sino una necesidad en un contexto donde la polarización puede obstaculizar el progreso y la cohesión social.
El ministro también hizo hincapié en que la gestión gubernamental debe estar orientada a generar confianza y seguridad en la población. En su opinión, un gobierno que se percibe como inclusivo y que busca representar a diversos sectores puede contribuir a disminuir las tensiones y aprehensiones que existen en la sociedad chilena. Esto es especialmente relevante en un momento en que el país enfrenta desafíos significativos, tanto a nivel social como económico.
Cataldo concluyó su intervención subrayando la importancia de desmontar los prejuicios y estigmas asociados a ciertas militancias políticas. Para él, es fundamental que los líderes políticos trabajen en la construcción de un espacio donde todos los ciudadanos se sientan representados y escuchados, independientemente de su afiliación política. La política, en su esencia, debe ser un vehículo para el diálogo y la colaboración, y no un campo de batalla de ideologías enfrentadas.
La postura del ministro Cataldo refleja un cambio de paradigma en la política chilena, donde la búsqueda de la transversalidad puede ser la clave para enfrentar los retos del futuro. En un país que ha vivido profundas divisiones, la capacidad de los líderes para trascender sus orígenes y construir puentes entre diferentes sectores será crucial para el desarrollo de una democracia más robusta y representativa.
