La separación de Lisandra Silva y Raúl Peralta, anunciada en abril de 2024, fue presentada como un proceso amistoso, donde ambos se comprometieron a mantener una buena relación por el bienestar de sus hijos, Noah y Leiah. Sin embargo, la realidad ha demostrado que las diferencias pueden surgir incluso en las separaciones más civilizadas. La reciente revelación de Lisandra sobre un conflicto legal con su expareja ha puesto de manifiesto las complejidades de la crianza compartida y los desafíos emocionales que enfrentan los padres en situaciones similares.
### La Propuesta de Tuición Compartida
El conflicto comenzó cuando Raúl Peralta propuso establecer una tuición compartida para sus hijos. Esta solicitud, que podría parecer razonable en un contexto de separación, fue recibida con resistencia por parte de Lisandra. En su participación en el pódcast «Mamás In Progress», la influencer cubana explicó que su rechazo a la propuesta se basaba en su situación actual como madre. «Le dije, ‘ninguna posibilidad, porque a Leiah la estoy amamantando, todavía le cambio los pañales, tú no la sabes bañar… es muy chiquita'», relató Lisandra, dejando claro que su instinto maternal la llevó a cuestionar la idoneidad de la propuesta en ese momento.
La negativa de Lisandra a aceptar la tuición compartida no solo fue un desacuerdo sobre la crianza, sino que también desencadenó un profundo resentimiento hacia Raúl. Ella expresó que la situación se tornó tan complicada que llegó a sentir que «lo quiero matar». Esta frase, aunque extrema, ilustra la intensidad de las emociones que pueden surgir en medio de un conflicto familiar. La comparación de sus realidades también jugó un papel crucial en su frustración. Mientras Raúl contaba con el apoyo de su familia y una vida estable, Lisandra se encontraba sola, enfrentando el desafío de reconstruir su vida desde cero.
### La Búsqueda de Equilibrio Emocional
Ante la adversidad, Lisandra decidió buscar formas de lidiar con su situación. La meditación se convirtió en una herramienta clave para ella, permitiéndole encontrar un espacio de calma en medio del caos emocional. En su relato, Lisandra compartió una experiencia reveladora que tuvo durante una de sus sesiones de meditación. «Sentí así como que me dieron por la cabeza. Me dice, ‘tú estás peleando por algo que después vas a agradecer'», recordó. Esta conexión espiritual le brindó una nueva perspectiva sobre su conflicto con Raúl.
La meditación le permitió entender que la propuesta de tuición compartida no era un ataque a su papel como madre, sino una oportunidad para que ambos padres pudieran tener tiempo de calidad con sus hijos. Además, le ofreció la posibilidad de enfocarse en su propio bienestar y crecimiento personal. «Tú necesitas tiempo para ti, para tu trabajo, para calmarte emocionalmente, para respirar», reflexionó Lisandra, reconociendo que el tiempo que Raúl pasaría con los niños podría ser beneficioso para ella.
Este cambio de perspectiva no solo ayudó a Lisandra a manejar su resentimiento, sino que también le permitió ver a Raúl como un aliado en la crianza de sus hijos, en lugar de un adversario. La aceptación de que ambos padres tienen un papel importante en la vida de Noah y Leiah es fundamental para el desarrollo emocional de los niños y para la salud de la relación entre los padres.
### Reflexiones sobre la Crianza Compartida
La experiencia de Lisandra y Raúl resalta la importancia de la comunicación y la empatía en la crianza compartida. A menudo, las separaciones pueden llevar a malentendidos y conflictos, pero es esencial recordar que ambos padres tienen el mismo objetivo: el bienestar de sus hijos. La crianza compartida puede ser un desafío, pero también puede ofrecer oportunidades para que los padres crezcan y aprendan juntos, incluso después de una separación.
La historia de Lisandra Silva y Raúl Peralta es un recordatorio de que, aunque las relaciones pueden cambiar, el amor por los hijos debe prevalecer. La capacidad de adaptarse y encontrar soluciones que beneficien a todos los involucrados es clave para navegar por las complejidades de la crianza compartida. A medida que Lisandra continúa su viaje personal y profesional, su historia puede inspirar a otros padres a enfrentar sus propios desafíos con resiliencia y comprensión.
