La reciente promulgación de una ley que beneficia a los recolectores de basura ha puesto de manifiesto las tensiones entre el Presidente Gabriel Boric y la exministra del Trabajo, Jeannette Jara, quien ahora es candidata presidencial. Este evento, que tuvo lugar en el Patio de los Cañones de La Moneda, no solo celebró un avance en las condiciones laborales de más de 21 mil trabajadores, sino que también reveló la falta de coordinación entre el gobierno y el comando de Jara, lo que ha generado un cortocircuito político en la recta final de la campaña.
**Un Acto Significativo con Mensajes Ocultos**
Durante la ceremonia, Boric aprovechó la oportunidad para hacer referencia a la importancia de un gobierno que garantice derechos laborales, en clara alusión a su rival político, José Antonio Kast. Esta intervención, aunque bien recibida por algunos, fue vista como un desaire hacia Jara, quien no fue mencionada en el discurso del Presidente. La exministra, que había sido la impulsora de la ley, se encontró en una posición incómoda, ya que su rol en la legislación fue eclipsado por las críticas de Boric a Kast.
La situación se complicó aún más cuando la directiva del gremio de recolectores se dirigió al comando de Jara para agradecerle por su trabajo. En este encuentro, Jara expresó su deseo de implementar la ley en conjunto si llegara a ser presidenta. Sin embargo, la atención mediática rápidamente se centró en las críticas de Boric a Kast, lo que dejó a Jara nuevamente en un segundo plano.
**Estrategias en Conflicto**
El equipo de campaña de Jara, liderado por el sociólogo Darío Quiroga, se mostró preocupado por la falta de coordinación entre La Moneda y el comando. A pesar de que se habían solicitado al Presidente que evitara confrontaciones directas con Kast, Boric continuó haciendo críticas que, según su equipo, solo beneficiaban a su rival. Esta falta de alineación ha llevado a la conclusión de que el gobierno se ha convertido en un «pasivo» para la campaña de Jara.
Las tensiones no solo se limitan a la falta de coordinación, sino que también reflejan una estrategia de autonomía adoptada por el comando de Jara. Aunque existen canales informales de comunicación, la relación entre el gobierno y la campaña presidencial parece estar marcada por una falta de empatía y comprensión mutua. La senadora Alejandra Sepúlveda, portavoz de Jara, ha señalado que no hay una coordinación formal entre el comando y La Moneda, lo que ha llevado a malentendidos y a una percepción de que el gobierno no está apoyando adecuadamente la candidatura de Jara.
La situación se ha vuelto aún más tensa con las críticas de Kast, quien ha acusado a Boric de actuar como el jefe de campaña de Jara. Desde la oposición, se ha argumentado que las intervenciones del Presidente solo benefician a Kast, lo que ha llevado a especulaciones sobre las verdaderas intenciones de Boric. Algunos analistas políticos sugieren que el Presidente busca posicionarse como un líder de la centroizquierda, mientras que otros creen que su enfoque en Kast es una estrategia para desviar la atención de problemas internos del gobierno.
**Un Futuro Incierto**
A medida que se acercan las elecciones, la relación entre Boric y Jara se vuelve cada vez más crítica. Jara, consciente de que su única posibilidad de éxito radica en ampliar su base de apoyo más allá del actual respaldo a Boric, ha comenzado a diferenciarse del gobierno. Su equipo de campaña ha establecido la meta de atraer a los votantes de otros candidatos que no lleguen a la segunda vuelta, lo que implica una estrategia de distanciamiento del legado de Boric.
Mientras tanto, Boric se encuentra en una posición complicada, ya que busca dejar un legado positivo al final de su mandato. Su agenda está llena de inauguraciones y viajes, lo que podría interpretarse como un intento de mantener su relevancia política. Sin embargo, sus acciones también han sido vistas como un obstáculo para la campaña de Jara, lo que ha llevado a un clima de incertidumbre en torno a la relación entre ambos.
La falta de coordinación y la tensión entre Boric y Jara no solo afectan la campaña presidencial, sino que también reflejan las divisiones dentro del oficialismo. A medida que se acercan las elecciones, será crucial observar cómo estas dinámicas impactan en el resultado final y en la capacidad de Jara para consolidar su candidatura en un contexto político tan polarizado.
