La idea de que el cerebro puede ser entrenado como un músculo ha cobrado fuerza en las últimas dos décadas. La popularidad de aplicaciones, libros y páginas web dedicadas a juegos de lógica, como crucigramas y sudokus, se basa en la premisa de que mantener la mente activa podría proteger contra el deterioro cognitivo y la demencia. Sin embargo, la veracidad de esta creencia es más compleja de lo que parece.
### La relación entre juegos mentales y salud cognitiva
Numerosos estudios han demostrado que los juegos diseñados para ejercitar habilidades específicas, como la memoria, la velocidad de procesamiento o la resolución de problemas, pueden mejorar el desempeño en esas áreas. Sin embargo, la evidencia de que estos beneficios se traduzcan en una protección real contra la demencia sigue siendo limitada. Un reportaje reciente ha destacado que, aunque los juegos pueden mejorar habilidades específicas, no necesariamente se extienden a otras capacidades mentales.
Adrian Owen, profesor de neurociencia cognitiva, ilustra esta idea con una analogía: «Si quieres aprender a tocar el violín, mejorarás en el violín. Pero eso no significa que tocar la trompeta se vuelva más fácil». Esto sugiere que los beneficios de los juegos tienden a ser específicos y no generalizables a otras áreas cognitivas.
Algunas empresas de “entrenamiento cerebral” han afirmado que sus juegos ayudan a prevenir el deterioro cognitivo. Sin embargo, la investigación en este ámbito es escasa. Un estudio realizado con adultos mayores sanos que siguieron un programa enfocado en la velocidad de procesamiento mostró que, una década después, tenían un 29% menos de riesgo de desarrollar demencia. No obstante, los expertos advierten que estos resultados necesitan más respaldo científico.
### Actividades cotidianas y su impacto en la demencia
Más evidencia existe en torno a pasatiempos cotidianos. Actividades como leer, aprender otro idioma, jugar juegos de mesa o completar crucigramas parecen estar asociadas a un menor riesgo de deterioro cognitivo. Un estudio incluso detectó que quienes resolvían crucigramas de manera regular retrasaron la aparición de problemas de memoria por más de dos años en comparación con quienes no lo hacían.
Lesley Ross, profesora de psicología, señala que aunque estos estudios no son ensayos clínicos aleatorios, que son el estándar de oro en medicina, sí muestran una asociación clara: cuanto más se reta la mente, mayores podrían ser los beneficios. Esta idea se apoya en la teoría de la reserva cognitiva, que sugiere que quienes desarrollan más “músculo mental” a lo largo de su vida pueden retrasar los efectos de la demencia.
Joe Verghese, neurólogo, explica que probablemente estas actividades no prevengan el daño cerebral que conduce a la enfermedad de Alzheimer, pero sí pueden retrasar la aparición de los síntomas varios años. Esto se respalda con investigaciones que muestran que las personas con mayor nivel educativo o con trabajos intelectualmente exigentes tienen un menor riesgo de demencia. Se cree que los pasatiempos desafiantes podrían tener un efecto similar.
### La inversión en juegos mentales
Para Verghese, los programas de entrenamiento cognitivo ofrecen “estimulación cognitiva de forma sistemática” y pueden ser una inversión válida para quienes lo deseen. Sin embargo, Owen recomienda ahorrar el dinero, ya que muchas de las promesas comerciales “simplemente no son científicamente defendibles”. Otros investigadores, como Samuel Gandy, del Centro de Investigación de Alzheimer Mount Sinai, creen que lo importante no es tanto el formato de los juegos, sino mantener la mente en movimiento: leer, conversar, aprender cosas nuevas o resolver problemas.
Gandy menciona: “No creo que haga daño”, refiriéndose a los juegos de lógica. “Pero tampoco puedo prometer que ayude”. En lo que sí coinciden los expertos es que, al igual que el ejercicio físico o las interacciones sociales, mantener la mente activa a través de actividades cognitivamente estimulantes puede ser beneficioso y, en todo caso, no tiene desventajas. La clave parece estar en la variedad y en la constancia de las actividades que desafían la mente, más que en la elección de un tipo específico de juego.
Por lo tanto, aunque los crucigramas, sudokus y otros juegos de lógica pueden ofrecer beneficios, es fundamental considerar una gama más amplia de actividades que estimulen la mente y contribuyan a una vida cognitiva saludable. La combinación de diferentes pasatiempos y el compromiso con el aprendizaje continuo pueden ser la mejor estrategia para mantener la mente activa y posiblemente retrasar el deterioro cognitivo.