El candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, se manifestó en contra de los recortes presupuestarios propuestos para las Fuerzas Armadas durante su asistencia a la Parada Militar 2025, celebrada en el Parque O’Higgins. Este evento, que reúne a diversas ramas de las Fuerzas Armadas, fue el escenario elegido por Kast para expresar su preocupación por las implicaciones que tendría una reducción en el financiamiento de estas instituciones.
En abril de este año, el Ministerio de Defensa presentó un informe a la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputadas y Diputados, donde se detallaban los recortes que se estaban considerando. Según el informe, se planteaba una reducción de $16.319 millones para el Ejército, $11.515 millones para la Armada y $6.448 millones para la Fuerza Aérea. Desde el gobierno, se ha defendido esta medida argumentando que se realizó en consenso con las Fuerzas Armadas y que se tomaron precauciones para mitigar los efectos negativos que podría acarrear.
La ministra de Defensa destacó que el diseño del ajuste presupuestario fue acordado con las distintas ramas de las Fuerzas Armadas, identificando los puntos críticos para minimizar los efectos adversos. En sus declaraciones, enfatizó que «un apretón de cinturón es un apretón de cinturón», pero aseguró que se han implementado medidas para garantizar que las actividades esenciales continúen sin interrupciones.
Adicionalmente, la Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público, convocada por el Ministerio de Hacienda, recomendó eliminar los incisos 1° y 2° del artículo 101 de la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas. Esta modificación implica que el Estado solo transferiría los recursos del Fondo Plurianual de Defensa cuando sea requerido, en lugar de hacerlo automáticamente cada año. Aunque esta medida podría generar un ahorro de $6.600 millones a corto plazo, ha suscitado críticas entre algunos miembros de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja, quienes advierten que tales recortes podrían debilitar las capacidades estratégicas del país.
Durante la Parada Militar, Kast fue abordado por la prensa sobre sus expectativas respecto al Presupuesto 2026, que se encuentra en proceso de tramitación. El candidato expresó su deseo de que el presupuesto esté alineado con las necesidades de las Fuerzas Armadas, afirmando: «Nosotros siempre hemos estado por recortar el gasto político, jamás el gasto social, jamás el gasto hacia aquellas instituciones que lo dan todo por Chile». Kast subrayó la importancia de que el gobierno realice un trabajo responsable en la elaboración del presupuesto y se comprometió a mejorar la situación en la medida que la ciudadanía lo elija en las próximas elecciones.
La postura de Kast refleja una preocupación más amplia en la sociedad chilena sobre el rol y la financiación de las Fuerzas Armadas en un contexto de creciente demanda por recursos en otras áreas, como la educación y la salud. La discusión sobre el presupuesto de defensa no solo se centra en cifras, sino que también toca aspectos fundamentales sobre la seguridad nacional y la capacidad del país para enfrentar desafíos internos y externos.
En este sentido, la opinión pública está dividida. Mientras algunos apoyan la idea de recortar el gasto en defensa para destinar más recursos a áreas sociales, otros argumentan que un ejército bien financiado es crucial para la estabilidad y seguridad del país. La tensión entre estas dos visiones se ha intensificado en el contexto actual, donde la percepción de amenazas externas y la necesidad de mantener un orden interno son temas recurrentes en el debate político.
La Parada Militar de 2025 no solo fue un evento ceremonial, sino que también se convirtió en un punto focal para discutir el futuro de las Fuerzas Armadas en Chile. La participación de figuras políticas como José Antonio Kast resalta la importancia de este tema en la agenda electoral y su potencial impacto en la decisión de los votantes. A medida que se acercan las elecciones, es probable que la discusión sobre el presupuesto de defensa y la seguridad nacional continúe siendo un tema candente en la política chilena, con implicaciones que podrían trascender más allá de las cifras y afectar la percepción pública sobre el papel del Estado en la protección de sus ciudadanos.