El Presidente de la República, Gabriel Boric, ha tomado un papel activo en el debate sobre la paz social en Chile, un tema que ha cobrado relevancia en el contexto político actual. Durante un evento en La Moneda, donde se firmó el primer Contrato Especial de Operación de Litio (CEOL) con la Empresa Nacional de Minería, Boric se refirió a las declaraciones del economista Jorge Desormeaux, quien, en una entrevista, advirtió sobre los riesgos a la paz social que podría traer un eventual gobierno del candidato republicano José Antonio Kast. Desormeaux, esposo de la exalcaldesa Evelyn Matthei, sugirió que la llegada de Kast al poder podría intensificar la polarización política y social en el país.
La afirmación de Desormeaux ha desatado una serie de reacciones en el espectro político, especialmente entre las fuerzas de derecha. La secretaria general del Partido Republicano, Ruth Hurtado, respondió a las críticas de Boric, argumentando que cualquier gobierno que se oponga a la izquierda radical enfrentará una resistencia feroz. Hurtado enfatizó que la izquierda utilizará todos los medios a su alcance para socavar a un gobierno que no comparta su visión, recordando los intentos de desestabilización que se vivieron durante el mandato de Sebastián Piñera.
Boric, por su parte, defendió su enfoque de gobernabilidad basado en el diálogo social. En sus declaraciones, subrayó que su administración ha logrado evitar estallidos sociales gracias a una nueva forma de hacer política, que busca incluir a las comunidades como aliadas en la formulación de políticas públicas. «La política se puede hacer con diálogo social, y eso asegura gobernabilidad», afirmó el presidente, rechazando la idea de que su gobierno sea responsable de los conflictos sociales del pasado.
El mandatario también criticó a aquellos sectores de la derecha que minimizan la importancia de los estallidos sociales, sugiriendo que su negación refleja una falta de comprensión de la realidad que enfrenta la ciudadanía. «Es no entender lo que está pasando en la ciudadanía», declaró, enfatizando que la política debe ser un espacio de construcción conjunta y no de confrontación.
**La Polarización Política y sus Consecuencias**
La polarización política en Chile ha sido un fenómeno creciente en los últimos años, especialmente tras el estallido social de 2019. Este contexto ha llevado a un clima de desconfianza y confrontación entre las distintas fuerzas políticas, lo que complica la posibilidad de alcanzar consensos en temas cruciales para el país. La discusión sobre la paz social se ha convertido en un campo de batalla retórico, donde cada bando busca posicionarse como el defensor de la estabilidad y el bienestar social.
Las declaraciones de Desormeaux y la respuesta de Boric son solo un ejemplo de cómo el debate sobre la paz social se ha entrelazado con las estrategias políticas de los partidos. La derecha, representada por figuras como Kast y Matthei, ha utilizado el discurso de la paz social para criticar al gobierno actual, argumentando que su enfoque progresista ha exacerbado las tensiones sociales. Por otro lado, el oficialismo intenta presentar su gestión como un modelo de diálogo y cooperación, buscando distanciarse de las acusaciones de ser responsables de la violencia y el descontento social.
Este escenario ha llevado a que la política chilena se convierta en un campo de batalla ideológico, donde las posturas se radicalizan y las posibilidades de diálogo se ven amenazadas. La falta de confianza entre los actores políticos dificulta la construcción de acuerdos que puedan abordar los problemas estructurales que enfrenta el país, como la desigualdad, la pobreza y la falta de acceso a servicios básicos.
**El Futuro de la Paz Social en Chile**
A medida que se acercan las elecciones presidenciales, el debate sobre la paz social se intensificará. Los candidatos deberán presentar sus propuestas no solo para abordar los problemas económicos y sociales, sino también para garantizar un clima de estabilidad y confianza en el país. La forma en que cada candidato aborde este tema podría ser determinante para su éxito electoral.
El desafío para Boric y su gobierno será demostrar que su enfoque de diálogo y cooperación puede dar resultados tangibles en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Al mismo tiempo, la oposición deberá encontrar un equilibrio entre criticar al gobierno y ofrecer alternativas viables que no alimenten la polarización.
En este contexto, la paz social no solo es un objetivo deseable, sino una necesidad urgente para el futuro de Chile. La capacidad de los líderes políticos para construir puentes y fomentar un clima de respeto y colaboración será crucial para enfrentar los desafíos que se avecinan y para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo para todos los chilenos.