La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de Venezuela ha llevado a cabo una serie de operaciones militares en su frontera con Colombia, resultando en la destrucción de más de diez campamentos que, según las autoridades, pertenecen a grupos armados colombianos conocidos como TANCOL. Este acrónimo se refiere a terroristas narcotraficantes que operan en la región. La operación, denominada Escudo Bolivariano 2025, se ha desarrollado a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera entre ambos países y ha sido anunciada por el comandante Diego Hernández a través de redes sociales.
### Contexto de la Operación
La FANB ha afirmado que, en lo que va del año, ha realizado 167 despliegues en la zona, enfocándose en el patrullaje de seguridad y defensa. Hernández destacó que estas acciones son parte de un esfuerzo más amplio por mantener la soberanía y autodeterminación del territorio venezolano. En sus declaraciones, enfatizó que el espacio geográfico de Venezuela es una «zona de paz» y que no se permitirá la presencia de bases militares extranjeras en su territorio. «Nuestro territorio no se traspasa, ni será cedido, ni se enajena», afirmó, advirtiendo que cualquier violación de la frontera será respondida con fuerza.
Las tensiones en la frontera han aumentado en los últimos años, especialmente con el incremento de la actividad de grupos armados colombianos. En este contexto, el gobierno venezolano ha intensificado sus esfuerzos para erradicar la presencia de estos grupos, que son acusados de estar involucrados en el narcotráfico y otros delitos. La situación se complica aún más por las acusaciones de colaboración entre el gobierno de Nicolás Maduro y guerrillas colombianas, lo que ha llevado a un aumento en la vigilancia y las operaciones militares en la región.
### Reacciones y Acusaciones
La reciente operación ha generado reacciones tanto dentro como fuera de Venezuela. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ha desmentido las afirmaciones de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), que ha señalado la existencia de campamentos de terroristas en el país. Padrino rechazó las acusaciones de que el gobierno venezolano colabora con grupos guerrilleros para facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Esta negación se produce en un contexto donde las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos son tensas, y las acusaciones de narcotráfico son un punto central de conflicto.
A principios de 2025, los gobiernos de Colombia y Venezuela anunciaron una operación militar conjunta en la región de Catatumbo, que ha sido escenario de intensos combates entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC. Este enfrentamiento ha llevado a una crisis humanitaria en la región, con miles de desplazados y un número significativo de víctimas. La cooperación entre ambos países en temas de seguridad es un paso importante, pero también refleja la complejidad de la situación en la frontera, donde la violencia y el narcotráfico son problemas persistentes.
La FANB ha manifestado su compromiso de continuar con las operaciones en la frontera, asegurando que se tomarán medidas drásticas contra cualquier grupo que intente operar en el territorio venezolano. Sin embargo, la eficacia de estas operaciones y su impacto en la reducción de la violencia en la frontera siguen siendo objeto de debate. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, especialmente en un contexto donde la lucha contra el narcotráfico es una prioridad global.
### Implicaciones para la Seguridad Regional
La situación en la frontera entre Venezuela y Colombia tiene implicaciones significativas para la seguridad regional. La presencia de grupos armados y el narcotráfico no solo afectan a los países directamente involucrados, sino que también tienen repercusiones en la estabilidad de toda la región. La cooperación entre las fuerzas armadas de Colombia y Venezuela es crucial para abordar estos desafíos, pero también es necesario un enfoque integral que incluya el desarrollo social y económico de las áreas afectadas.
La crisis humanitaria en la región de Catatumbo, con miles de desplazados y una creciente inseguridad, subraya la necesidad de una respuesta coordinada que no solo se centre en la acción militar, sino que también busque soluciones a largo plazo. La comunidad internacional, incluidos organismos como la ONU, podría desempeñar un papel importante en la mediación y el apoyo a iniciativas que busquen la paz y la estabilidad en la frontera.
A medida que la FANB continúa con sus operaciones, el futuro de la seguridad en la frontera entre Venezuela y Colombia dependerá de la capacidad de ambos países para trabajar juntos y abordar las raíces del problema del narcotráfico y la violencia. La situación sigue siendo volátil, y el desarrollo de los acontecimientos en los próximos meses será crucial para determinar el rumbo de la región.