En un reciente operativo de fiscalización, la carnicería Doña Dilia, ubicada en la calle Borgoño de Mejillones, ha sido clausurada debido a serias infracciones a las normativas de higiene y sanidad. Esta acción se enmarca dentro de un programa más amplio de inspecciones que se están llevando a cabo en la región, especialmente en el contexto de las festividades dieciocheras, donde se espera un aumento en la demanda de productos alimenticios.
Las autoridades de salud han señalado que la carnicería arriesga sanciones que pueden variar desde un décimo hasta 1000 UTM, lo que refleja la gravedad de las faltas encontradas. Entre las irregularidades detectadas se incluyen la presencia de 50 kilos de pollos vencidos, así como evidencias de infestaciones de roedores, lo que plantea un grave riesgo para la salud pública.
### Un Programa de Fiscalización Estricto
El Secretario Regional Ministerial de Salud, Alberto Godoy, ha destacado la importancia de estas fiscalizaciones, que buscan proteger la salud de la ciudadanía. Este operativo no solo se limita a la carnicería en cuestión, sino que también abarca supermercados, fábricas de empanadas y restaurantes que ofrecen comida típica durante las festividades. La intención es garantizar que todos los establecimientos cumplan con las normativas de higiene y sanidad, especialmente en un periodo donde la manipulación de alimentos es crítica.
Las fiscalizaciones se han intensificado en los días previos a las Fiestas Patrias, un momento en que la población suele consumir más carne y productos alimenticios. Godoy ha enfatizado que la Autoridad Sanitaria está comprometida con la salud pública y que se tomarán medidas drásticas contra aquellos que no cumplan con las regulaciones establecidas.
### Detalles de las Irregularidades Encontradas
Las transgresiones detectadas en la carnicería Doña Dilia son alarmantes. Además de los pollos vencidos y las evidencias de roedores, se han encontrado deficiencias estructurales en el establecimiento. Las instalaciones presentaban un estado de deterioro significativo, con falta de mantenimiento en cámaras, equipos, pisos, paredes y cielos, todos ellos con residuos orgánicos adheridos.
Asimismo, los servicios higiénicos del personal estaban en condiciones inadecuadas, lo que no solo afecta a los trabajadores, sino que también puede repercutir en la calidad de los productos ofrecidos a los consumidores. La falta de higiene en los lugares donde se manipulan alimentos es un factor crítico que puede llevar a la contaminación de los mismos, poniendo en riesgo la salud de quienes los consumen.
La clausura de la carnicería Doña Dilia es un recordatorio de la importancia de la vigilancia en la industria alimentaria. Las autoridades han instado a los consumidores a estar atentos a las condiciones de los establecimientos donde adquieren sus productos, y a reportar cualquier irregularidad que puedan observar.
En este contexto, la comunidad de Mejillones y sus alrededores deben estar informados sobre sus derechos como consumidores y sobre la importancia de exigir productos de calidad y en condiciones adecuadas de higiene. La salud pública es responsabilidad de todos, y la colaboración entre autoridades y ciudadanos es fundamental para garantizar un entorno seguro.
La clausura de esta carnicería no solo es un golpe para el negocio, sino también un llamado de atención para otros establecimientos que podrían estar operando bajo condiciones similares. Las fiscalizaciones continuarán, y se espera que más negocios sean revisados en los próximos días, asegurando que se cumplan las normativas y que la salud de la población no se vea comprometida.
En resumen, la acción tomada contra la carnicería Doña Dilia es parte de un esfuerzo mayor por parte de las autoridades de salud para garantizar que los productos alimenticios que llegan a la mesa de los ciudadanos sean seguros y de calidad. La vigilancia constante y la colaboración de la comunidad son esenciales para mantener altos estándares de salud pública en la región de Mejillones y más allá.